Miles de personas han intentado protagonizar esta mañana una nueva entrada en el aeropuerto de Kabul, asustadas por los disparos que se están escuchando de manera constante en los alrededores del lugar.
Según testigos de la agencia de noticias DPA, los afganos acaban de enterarse que la puerta norte del aeropuerto permanecerá cerrada durante los dos próximos días.
Un segundo testigo dijo que personas de todos los ámbitos de la sociedad todavía se encontraban fuera del aeropuerto: actores, personalidades de la televisión, jóvenes, mujeres con bebés recién nacidos o personas en sillas de ruedas, entre muchos otros.
Los afganos llevan seis días esperando que alguien les permita salir del país a través del aeropuerto de Kabul, la única parte de la capital controlada por tropas internacionales.
Muchos afganos desesperados que han trabajado con tropas internacionales durante las últimas dos décadas o que trabajan en áreas como los derechos humanos temen por sus vidas, y muchos tratan de meterse ellos mismos o sus familiares en el aeropuerto.
Un informe recopilado para Naciones Unidas advirtió que los talibanes están realizando búsquedas selectivas de supuestos colaboradores del gobierno derrocado, a pesar de las garantías del grupo islamista radical de que no llevaría a cabo represalias.
De momento, se han producido repetidos enfrentamientos armados en las puertas del recinto del aeropuerto. El Ejército estadounidense decide cuándo y cómo abrir y cerrar las puertas sin patrón alguno.
El caos en el aeropuerto dificulta el acceso a los vuelos de evacuación
Disparos al aire, humo, explosiones disuasorias, así responden las fuerzas de seguridad al intento de miles de afganos, incluidos niños, de acceder al aeropuerto de Kabul para salir en algún vuelo de evacuación, donde el caos y la falta de organización hacen casi imposible entrar en el recinto, incluso para aquellos que han sido convocados por las embajadas.
“Estoy pasando aquí los días y las noches más difíciles de mi vida”, reconoce a la agencia EFE entre lágrimas Bashir, de 41 años, y padre de seis hijos. Cada vez que intentan acercarse a la puerta, dice, los guardias de seguridad los empujan de vuelta.
Bashir y su familia llevaban días sin abandonar el lugar, cerca del acceso a la puerta norte del aeropuerto, donde está la zona militar desde la que se están llevando a cabo los vuelos de repatriación organizados por Estados Unidos y los países europeos.
Este padre de familia, sin embargo, acepta que estos son “malos momentos” que hay que superar en la vida, porque lo importante es poder escapar cuanto antes de una vida “peor” en Afganistán bajo el nuevo régimen talibán, que proclamó su victoria el pasado domingo con la toma de Kabul tras 20 años de guerra.
Esa victoria talibán desató el caos en el interior del aeropuerto internacional de Kabul, con miles de personas que trataban de salir del país a la desesperada en cualquier avión, llegando incluso algunos a partir agarrados a los aparatos, una situación que ha cambiado ahora con el control del aeródromo por parte de las tropas estadounidenses, no así en el exterior.
El miércoles, el gobierno de Estados Unidos dijo que estaba presionando a los talibanes para que permitan a los afganos salir del país a través del aeropuerto controlado por fuerzas estadounidenses, tal como habían prometido y no están cumpliendo, según la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman.
(Con información de Europa Press y EFE)
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