Los talibanes están buscando a personas que han trabajado con las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán para interrogarlas y castigarlas, según un documento confidencial de Naciones Unidas, que advierte sobre “torturas y ejecuciones” contra estas personas y sus familias, pese a que los militantes prometieron no vengarse de sus oponentes.
El diario New York Times, que publicó la información el jueves, cita como fuente el documento confidencial de la ONU compartido de manera interna en la organización, fechado el miércoles y proporcionado por el Norwegian Center of Global Analyses, un grupo asesor de amenazas que provee información de inteligencia a agencias del organismo.
De acuerdo al documento, hay varios reportes de que los talibanes tienen una lista de personas y lugares, y han ido puerta por puerta “arrestando y/o amenazando con matar o arrestar a miembros de la familia de las personas objetivo a menos que se entreguen ellos mismos a los talibanes”.
Además, de acuerdo con la misma fuente, los talibanes también están controlando a las personas que se dirigen al aeropuerto de Kabul y han establecido puestos de control en las principales ciudades, incluidas la capital y Jalalabad.
Están en especial riesgo los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía afganas, así como personas que trabajaron para unidades de investigación del Gobierno derrocado de Ashraf Ghani, y como ejemplo se incluye una carta enviada esta semana por los talibanes a un oficial de contraterrorismo.
Al oficial, no identificado y que trabajó con las fuerzas estadounidenses y británicas, se le instruía a presentarse ante la Comisión de las Fuerzas Armadas e Inteligencia del Emirato Islámico de Afganistán en Kabul o de lo contrario sus familiares “serán tratados de acuerdo a la ley de la Sharía”, recoge el diario.
“Están apuntando a las familias de los que se niegan a entregarse, y persiguiendo y castigando a sus familias”, dijo Christian Nellemann, director ejecutivo del grupo Norwegian Center of Global Analyses.
“Prevemos que tanto los individuos que anteriormente trabajaban con las fuerzas de la OTAN/Estados Unidos como sus aliados, junto con los miembros de sus familias, estén expuestos a la tortura y a las ejecuciones”, añadió.
“Esto comprometerá aún más los servicios de inteligencia occidentales, sus redes, métodos y capacidad para contrarrestar tanto a los talibanes como al Estado Islámico y otras amenazas terroristas”, añadió.
El informe señala que los militantes están “reclutando rápidamente” nuevos informantes para que colaboren con el régimen talibán y están ampliando sus listas de objetivos poniéndose en contacto con mezquitas y corredores de dinero.
La información revelada por el documento de la ONU contradice las recientes declaraciones de los talibanes, que han asegurado que no buscarían venganza en sus opositores. Es que el grupo lanzó una estrategia de relaciones públicas desde que volvieron al poder el domingo, incluyendo la promesa de una amnistía completa para todos los que trabajaron con el gobierno afgano electo.
Pero los afganos y los observadores no han olvidado el régimen islámico ultraconservador de los talibanes de 1996-2001, cuando se impusieron castigos brutales, como la lapidación hasta la muerte por adulterio.
Hasta este jueves, Estados Unidos ha evacuado a 7.000 personas de Afganistán y ha habilitado más accesos al aeropuerto de Kabul para acelerar la salida de sus nacionales y colaboradores en el país asiático.
El presidente Joe Biden, en una entrevista con el canal ABC News adelantada el miércoles en extractos, dijo que todavía hay entre 10.000 y 15.000 estadounidenses que necesitan ser evacuados, además de entre 50.000 y 65.000 afganos y sus familias a quienes EEUU quiere sacar del país.
(Con información de EFE y AFP)
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