Las autoridades sanitarias de Australia notificaron este jueves más de 750 nuevos casos de COVID-19, un balance diario sin precedentes desde el inicio de la pandemia y que deriva en gran medida de los récords que acumula Nueva Gales del Sur, donde se ubica la ciudad de Sídney.
En este estado se han confirmado 681 nuevos positivos. La responsable del Gobierno local, Gladys Berejiklian, ha informado del fallecimiento de una personas de más de 80 años, lo que eleva a 117 las víctimas mortales del virus en Nueva Gales del Sur desde que estalló la crisis sanitaria.
En Victoria se han confirmado otros 57 casos de transmisión local, mientras que en el Territorio de la Capital Australiana, donde se encuentra Canberra, se han registrado otros 16, lo que eleva el total del país solo este jueves a 754.
Berejiklian no descarta la ampliación a otras zonas de las medidas de confinamiento impuestas en puntos como Sídney hace más de siete semanas y que durarán al menos hasta el 28 de agosto. Al menos un 53% de los habitantes han recibido ya una dosis de la vacuna contra la COVID-19, mientras que el 28% ha completado la pauta.
Australia, con 25 millones de habitantes, logró sortear mejor que otros países las primeras fases de la pandemia, hasta el punto de que solo se han confirmado hasta ahora unos 40.700 casos y 970 fallecidos. Sin embargo, la expansión de la variante delta, que también ha llegado a Nueva Zelanda, ha provocado un repunte sin precedentes de los contagios.
(Con información de EFE)
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