La dictadura de Alexander Lukashenko sigue adelante con su persecución contra la oposición bielorrusa. Este lunes un tribunal de Minsk, la capital del país, condenó a Stsiapan Latypau, de 41 años, a ocho años y medio de prisión tras declararlo culpable de violación del orden público, resistencia a la policía y fraude, según informó el grupo de derechos humanos Viasna.
De acuerdo a lo establecido por la justicia local, el activista también tendrá que pagar una multa de unos 3.500 dólares.
El pasado mes de junio Latypau intentó suicidarse durante una audiencia judicial para protestar contra la represión política y las amenazas de las autoridades de procesar a sus familiares.
Durante la audiencia Latypau utilizó un bolígrafo para infligirse una herida en el cuello mientras estaba sentado en el tribunal, en la jaula de acusados. El impactante momento fue captado por los presentes: las imágenes mostraban cómo era sacado del juzgado y lo metían en una ambulancia. Luego fue hospitalizado y operado con éxito. Un día después de la intervención quirúrgica volvió a ingresar en prisión preventiva.
Antes de apuñalarse, Latypau dijo a su padre durante el proceso judicial que los investigadores le habían amenazado con abrir causas penales contra sus familiares y socios si no admitía su culpabilidad.
Llevaba en la cárcel desde septiembre, cuando fue detenido durante las masivas protestas contra el dictador Lukashenko, luego de que el mandatario se proclamara ganador de las fraudulentas elecciones celebradas en agosto del año pasado, que fueron rechazadas por la oposición y gran parte de la comunidad internacional.
Lukashenko respondió a las manifestaciones, la mayor de las cuales reunió a 200.000 personas, con una brutal represión que supuso la detención de más de 35.000 personas y miles de heridos.
En las últimas semanas el régimen recrudeció la persecución con la detención de decenas de opositores, periodistas y activistas.
En su comparecencia ante el tribunal el jueves, Latypau describió cómo la policía le golpeó mientras estaba detenido y utilizó una bolsa de plástico para asfixiarle.
“Estaba llorando, luchando por respirar en la bolsa de plástico y ellos se reían”, dijo. “Los hombres enmascarados me golpearon con las manos, con los pies y utilizando porras, me golpearon simultáneamente y luego uno por uno. Me golpearon con los puños y las palmas de las manos sobre mis oídos, y sentí como si una granada de mano explotara dentro de mi cabeza”.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) impusieron sanciones contra Lukashenko y otros funcionarios por amañar el voto y reprimir las protestas. Las endurecieron luego de que el régimen desviara un vuelo internacional para arrestar a un periodista disidente.
La semana pasada las autoridades bielorrusas han detenido a más de 20 personas en la última oleada de arrestos, continuando con su amplia represión contra la disidencia.
El centro de derechos humanos Viasna denunció el jueves pasado que más de 20 personas han sido detenidas en los últimos días en seis ciudades del país. Entre ellas figura Andrey Dmitriev, ex candidato a presidente en los últimos comicios, quien fue detenido para ser interrogado tras un registro en su apartamento de Minsk. Horas más tarde fue liberado, pero se desconoce si se enfrenta a algún cargo por parte de la Justicia.
Este político, copresidente del movimiento opositor “¡Di la verdad!”, logró un 1,21% -fue el cuarto candidato más votado- en las elecciones del año pasado. Ese espacio disidente presentó candidatos en los comicios presidenciales de 2010 y 2016, ganados ambos por Lukashenko, quien permanece en el poder desde 1994 y es considerado el “último dictador” de Europa.
Ihar Lyashchenya, ex embajador de Bielorrusia en Eslovenia, también fue detenido este jueves acusado de “organizar disturbios masivos”, acusaciones que conllevan una pena de prisión de hasta ocho años. Cuando estallaron las protestas postelectorales, Lyashchenya criticó públicamente la represión de los manifestantes y fue despojado de su rango por Lukashenko.
Entre los detenidos figuran también abogados y activistas políticos y medioambientales que formaban parte de la iniciativa cívica Skhod (“Asamblea”), destinada a fomentar el diálogo nacional.
Con información de AP
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