China y Rusia indicaron este lunes su voluntad de establecer relaciones con los talibantes, un día después de que entraran en Kabul y provocaran la desintegración del gobierno.
El gigante asiático, que comparte 76 kilómetros de frontera con Afganistán, indicó el lunes que quería mantener “relaciones amistosas” con el régimen islámico. China “respeta el derecho del pueblo afgano a decidir su propio destino y futuro y desea seguir manteniendo relaciones amistosas y de cooperación con Afganistán”, dijo a la prensa una portavoz de la diplomacia china, Hua Chunying.
El régimen chino teme desde hace tiempo que Afganistán se convierta en un punto de apoyo para los separatistas de la minoría musulmana uigur en Xinjiang. Pero una delegación de alto nivel de los talibanes se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, en Tianjin el mes pasado, prometiendo que Afganistán no se utilizaría como base para los militantes.
A cambio, China ofreció apoyo económico e inversiones para la reconstrucción de Afganistán. Beijing sumó en 2016 al país a su gran proyecto de infraestructuras de las “Nuevas rutas de la seda”. Pero, a falta de seguridad, las inversiones chinas han sido modestas: 4,4 millones de dólares en 2020, según el ministerio chino de Comercio.
La embajada de China en Kabul sigue funcionando, dijo este lunes la vocera, aunque Beijing comenzó a evacuar a los ciudadanos chinos del país hace meses en medio del deterioro de la situación de seguridad.
Rusia define su postura
Moscú indicó que su embajador en Afganistán se reunirá con los talibanes en Kabul el martes y que decidirá si reconoce al nuevo gobierno en función de su conducta.
El embajador Dmitry Zhirnov declaró a los medios de comunicación rusos, mientras tanto, desde Kabul, que los talibanes ya han establecido el “orden público”, incluso han mantenido abiertas las escuelas de niñas y están vigilando la embajada rusa.
“Nuestro embajador está en contacto con los dirigentes talibanes, mañana se reunirá con el coordinador de seguridad de los talibanes”, dijo el funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores Zamir Kabulov en una entrevista con la emisora de radio Ekho Moskvy el lunes. Dijo que las conversaciones entre el embajador Zhirnov y los talibanes se centrarían en cómo el grupo planea proporcionar seguridad a la embajada rusa en la capital afgana.
El domingo, cuando los talibanes completaron su toma militar de Afganistán, Kabulov dijo que Rusia no tenía planes de evacuar su embajada, aunque el lunes dijo que “parte” de su personal sería “evacuado”.
Kabulov también dijo que Moscú decidirá sobre el reconocimiento del nuevo gobierno talibán en función de “la conducta de las nuevas autoridades”. “Veremos con atención la responsabilidad con la que gobiernan el país en un futuro próximo. Y en función de los resultados, los dirigentes rusos sacarán las conclusiones necesarias”, dijo Kabulov.
En una entrevista desde Kabul con el canal de televisión estatal Rossiya 24, el embajador Zhirnov dijo que los talibanes habían empezado a “asentarse” en Kabul y habían establecido el “orden público”. “Los talibanes ya están vigilando nuestra embajada”, dijo. “Han reafirmado una vez más que no caerá ni un solo pelo de la cabeza de los diplomáticos rusos”.
Zhirnov dijo que Rusia quiere “que Afganistán sea civilizado, que no haya terrorismo, que no haya drogas y que Afganistán tenga buenas relaciones con todos los países del mundo”. Dijo que los talibanes han prometido todo esto y que Moscú “espera que” las promesas se “cumplan”.
Añadió que un primer signo positivo era que “las escuelas de niñas han seguido funcionando” en Kabul.
En los años 80, Moscú libró una desastrosa guerra de una década en Afganistán que mató hasta dos millones de afganos, obligó a siete millones más a abandonar sus hogares y provocó la muerte de más de 14.000 soldados soviéticos. Los combatientes de los muyahidines antisoviéticos ayudaron a fundar los talibanes a principios de la década de 1990.
Rusia participará en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Afganistán, prevista para el martes. En los últimos años, el Kremlin ha tendido la mano a los talibanes y ha recibido a sus representantes en Moscú en varias ocasiones, la última el mes pasado. Moscú está muy atento a la posibilidad de que la inestabilidad se extienda a los países vecinos ex soviéticos de Asia Central, donde Rusia mantiene bases militares.
(Con información de AFP)
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