Israel ha ampliado la aplicación de la tercera dosis de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 a todos los mayores de 50 años y personal médico, dos semanas después de haber iniciado esa campaña para los mayores de 60.
“El equipo de expertos trabajó de forma diligente, profesional y minuciosa, y llegó a la conclusión de que la tercera vacuna a partir de 50 años y para equipos médicos es eficaz y correcta”, indicó anoche el primer ministro del país, Naftali Bennet, después de que el gabinete de expertos aprobara su petición de ampliar la tercera dosis a más grupos de edad.
El primer ministro había solicitado al panel de expertos aprobar la tercera dosis a partir de los 40 años, aunque de momento solo lo hicieron para personas con 50 años o más; después de haberla aplicado a mayores de 60 y a pacientes inmunodeprimidos.
Tres de las cuatro empresas proveedoras de servicios de salud que hay en el país, Clarit, Maccabi y Meuhedet, anunciaron que van a comenzar a programar citas para esa tercera dosis a mayores de 50 desde este viernes y previsiblemente iniciarán la inoculación el domingo.
Benet destacó que es “la decisión correcta para los ciudadanos de Israel”, país que afronta ahora una cuarta ola de contagios de COVID-19 después de haberlos reducido casi a cero tras el éxito de su rápida campaña de vacunación con Pfizer a principios de año.
Siguiente paso en la vacunación
En dos semanas, Israel ha aplicado la tercera dosis de la vacuna a más de 750.000 mayores de 60 años, más de la mitad de los aptos para recibirla en ese grupo de edad, una campaña que “continúa ahora con la siguiente etapa para luchar contra la variante Delta”.
“Ve a vacunarte. Este es un gran acierto. Está en nuestras manos”, apeló Benet, cuyo plan de inoculación no se basa solo en la tercera dosis, sino en convencer al más de millón de israelíes que hasta ahora han renunciado a la vacuna.
Benet también habló el jueves al director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, y lo instó a acelerar la aprobación de su vacuna para los menores de 12 años, de cara al próximo inicio del curso escolar en Israel el 1 de septiembre.
Israel se adentra en una cuarta ola de la pandemia al sumar en la última semana alrededor entre 5.000 y 6.000 nuevos positivos diarios -unas cifras que no se registraban desde febrero- y el país cuenta con 42.366 casos activos en estos momentos y 760 pacientes hospitalizados, de los que 445 están graves.
Para revertir el nuevo brote, el gobierno también ha reimplantado restricciones como la obligatoriedad de llevar mascarilla en espacios cerrados o el Pase Verde, que solo permite el acceso a espacios con aforo de más de cien personas a personas vacunadas o con prueba PCR negativa; mientras las fronteras del país siguen cerradas al turismo.
Se ha endurecido la vigilancia para asegurar el cumplimiento de esas normas y, según la policía, solo el miércoles habían impuesto más de 2.000 multas por esa cuestión: 64 por romper la cuarentena obligatoria, 72 por violar el sistema del Pase Verde y 1.927 por no usar máscara en las áreas requeridas.
(Con información de EFE)
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