Corea del Norte dejó este jueves sin responder a las llamadas del Sur por tercer día consecutivo como muestra de su malestar con la decisión de Seúl y Washington de seguir adelante con sus maniobras militares veraniegas.
El Norte no levantó el teléfono de las llamadas realizadas a través de las líneas de enlace intercoreano y las de comunicación militar, según confirmaron a Efe portavoces de los Ministerios de Unificación y Defensa, las dos carteras encargadas respectivamente de operar estos canales.
Pyongyang dejó de responder a las llamadas de Seúl el pasado 10 de agosto, apenas dos semanas después de que los dos países retomasen las comunicaciones telemáticas a petición del régimen comunista.
Fue el mismo día en que los ejércitos surcoreano y estadounidense iniciaron un entrenamiento previo a las maniobras anuales de verano, que comienzan propiamente el próximo 16 de agosto y consisten básicamente en una simulación por ordenador.
Altos funcionarios del régimen, incluyendo a Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, criticaron con dureza estos juegos de guerra de los aliados, que Pyongyang considera un ensayo para invadir su territorio, y consideraron una traición el que Seúl haya decidido no cancelarlos.
En todo caso, se desconoce el motivo por el cual los aliados han decidido seguir adelante con las maniobras -suspendidas en 2018 para facilitar el acercamiento- después de que Pyongyang decidiera volver a hablar con el Sur tras 13 meses de silencio, algo que arrojaba esperanzas de avanzar en el diálogo sobre desnuclearización.
Algunos expertos creen que Seúl estaría optando por una mayor cautela antes de plegarse a los deseos del régimen, que el año pasado decidió unilateralmente dejar de usar las líneas de comunicación transfronterizas y destruyó la oficina de enlace intercoreano, situada en su territorio pero construida con fondos público sureños.
La decisión fue en protesta por el envío de globos con propaganda contraria al régimen por parte de activistas desde el Sur, una actividad que Seúl prohíbe ahora tras aprobar una polémica ley que, según sus detractores, viola la libertad de expresión.
Queda por ver si Pyonyang decide responder a estos juegos de guerra con una prueba de armamento -algo que no hace desde el pasado 24 de marzo- en un momento en el que el país se encuentra sumido en su peor crisis económica en 30 años debido a los estragos generados por la pandemia.
El portavoz de Defensa añadió este jueves que por el momento no se han observado “movimientos inusuales” por parte del ejército norcoreano.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: