El portavoz del Pentágono, John Kirby, ha confirmado este lunes el apoyo aéreo y antiterrorista al Gobierno de Afganistán ante el avance de los talibán en el país en los últimos días, en los que han tomado tres capitales provinciales y parte de otras dos.
“El secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha sostenido que continuaremos apoyando a Afganistán con las autoridades que tenemos, donde y cuando sea posible, entendiendo que no siempre será factible”, si bien ha indicado que este apoyo “incluye ataques aéreos y antiterrorista”.
“Estados Unidos tiene las autoridades necesarias para continuar con el apoyo aéreo al Gobierno afgano hasta fin de mes”, ha afirmado.
Asimismo, se ha referido a que los combates en el país “claramente no van en la dirección correcta” y que “el liderazgo afgano” tiene “muchas ventajas” frente a los talibán.
“Tiene una fuerza de más de 300.000 soldados y policías, una fuerza aérea, un armamento moderno y una estructura organizativa”, ha precisado.
Por su parte, el Departamento de Estado estadounidense ha confirmado que el enviado especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Jalilzad, se encuentra en Doha para presionar “por una reducción de la violencia y un alto el fuego y un compromiso de no reconocer a un gobierno impuesto por la fuerza”.
Durante varias rondas de conversaciones, Estados Unidos espera “ayudar a formular una respuesta internacional conjunta al rápido deterioro de la situación en Afganistán”, según recoge un comunicado.
Jalilzad buscará presionar a los talibán “para que detengan su ofensiva militar y negocien un arreglo político”, porque para Estados Unidos “es el único camino hacia la estabilidad y el desarrollo en Afganistán”.
En este sentido, el Departamento de Estado ha manifestado “su grave preocupación” por la situación en Afganistán. “Una paz negociada es el único camino para poner fin a la guerra, y Estados Unidos continuará trabajando con todas las partes y con las partes interesadas regionales e internacionales para promover un consenso sobre un arreglo político”, ha concluido.
Por otro lado, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha pedido a los talibán que cesen sus ataques: “Compartimos la profunda preocupación expresada por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre los altos niveles de violencia causados por la ofensiva militar de los talibán, incluidos los ataques a civiles, y los informes de otros graves abusos de los Derechos Humanos”, ha indicado un funcionario en Bruselas a la agencia DPA.
“Los talibán deben entender que nunca serán reconocidos por la comunidad internacional si rechazan el proceso político e intentan tomar el país por la fuerza”, ha compartido, así como ha llamado a los talibán “al cese de sus ataques y a participar en las conversaciones de paz de buena fe”, las cuales ha considerado que deben ser un “proceso de paz inclusivo, dirigido por los afganos y de su propiedad”.
“Hacemos un llamamiento a todos los actores regionales para que desempeñen un papel constructivo, ya que un Afganistán estable y seguro beneficia a todos”, ha zanjado.
Los talibán se hicieron el domingo con el control de la ciudad de Kunduz, la tercera capital de provincia que conquistan en menos de 72 horas, en una ofensiva que les ha llevado a registrar enormes avances en otras dos capitales de provincia: Sar-e-Pul y Taluqan, en Sar-e-Pul y Tajar, respectivamente.
En este contexto, el Ministerio de Defensa de Afganistán ha asegurado a primera hora de este lunes a través de Twitter que las fuerzas de seguridad han matado a cerca de 580 supuestos talibán y han herido a más de 160 en los combates registrados durante las últimas 24 horas.
ACNUR MUESTRA SU “PREOCUPACIÓN” POR REFUGIADOS EN IRÁN
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha mostrado este lunes su “preocupación” ante la intensificación de la crisis humanitaria en Afganistán por el aumento de la violencia ante el avance de los talibán en varias provincias del país en los últimos días y que han llevado a cientos de personas a huir.
En un comunicado, ha indicado que durante los dos últimos días, casi 200 refugiados afganos se han visto obligados a huir a Irán y que “muchos más civiles afganos pueden verse atrapados si no consiguen escapar de la situación de gran volatilidad”.
“Se calcula que desde principios de año casi 400.000 afganos se han desplazado internamente dentro del país, unos 244.000 sólo desde mayo”, ha apuntado.
En este sentido, ha instado a las autoridades iraníes a mantener abierto el paso fronterizo de Milak ante la intensificación de la crisis humanitaria en Afganistán y ha llamado a este país a que continúe con la acogida sistemática de afganos que huyen del conflicto.
EL CICR ATIENDE A MÁS DE 4.000 HERIDOS
Por su parte, el Comité Internacional para la Cruz Roja (CICR) ha señalado que sus equipos han atendido desde el 1 de agosto a más de 4.000 personas con heridas provocadas por los combates, por lo que ha pedido a las partes enfrentadas que muestren contención y eviten los ataques contra centros de salud.
“La gente no puede llegar a los servicios sanitarios o los servicios sanitarios no pueden funcionar con normalidad a causa de los daños o porque el movimiento es imposible, el personal no puede trabajar, no puede acceder a las clínicas o los hospitales están en líneas de frente”, ha dicho el director de la delegación del CICR en Afganistán, Eloi Fillion.
Asimismo, ha alertado de que el servicio eléctrico y el suministro de agua en varias ciudades en disputa prácticamente no funciona, mientras que muchas familias que quieren huir de los enfrentamientos no pueden escapar por falta de transporte o de dinero para pagar el viaje.
“El conflicto se ha recrudecido durante los últimos seis meses en Afganistán y en los últimos días está llegando a las ciudades, a zonas densamente pobladas, lo que tiene graves consecuencias para decenas de miles de miembros de la población civil”, ha explicado Fillion.
“Esto no da la posibilidad a organizaciones como la nuestra a dar los servicios necesarios”, ha lamentado, antes de agregar que lo más preocupante es “la forma en la que están teniendo lugar los combates en zonas densamente pobladas”.
Fillion ha explicado que “lo que es realmente importante es que los que combaten eviten en lo posible los daños a hospitales y el impacto negativo sobre el movimiento de ambulancias, de personal médico, y que limiten los daños a la infraestructura de luz y agua para permitir que la población civil en esas zonas viva con la mayor normalidad posible”.
“Lo que es también importante es recordar a todas las partes que combaten en las ciudades a día de hoy que permitan trabajar a las organizaciones humanitarias para dar asistencia humanitaria a la población y poder llevar a cabo servicios sanitarios y de otro tipo”, ha remachado.
RESTRICCIONES DE LOS DDHH
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha reclamado este martes a los talibán que pongan fin a sus operaciones en centros urbanos, tras hacerse con el control de seis capitales de provincia en cinco días, y ha alertado de las consecuencias del conflicto para la población civil de Afganistán.
Bachelet ha pedido a todos los países que usen su influencia para lograr el fin de las hostilidades y ha explicado que “los estados tienen en deber de usar todo peso que tengan para reducir las tensiones e impulsar el proceso de paz”.
Además ha mostrado su preocupación por los indicios que apuntan a que los talibán están imponiendo severas restricciones de los Derechos Humanos en las zonas bajo su control, particularmente contra las mujeres. “La gente teme con razón que una toma del poder por parte de los talibán erosione los avances en Derechos Humanos de las últimas dos décadas”, ha argumentado.
“Hemos recibido informaciones de mujeres y niñas de varios distritos bajo control de los talibán a las que se prohíbe salir de casa sin un guardián masculino. Estas restricciones tienen un grave impacto sobre los derechos de las mujeres, incluido el derecho a la salud, y, claramente, en mitad de una guerra, la necesidad de acceso a atención médica para ellas y sus familias es un asunto de vida o muerte”, ha dicho.
“Reducir la capacidad de una mujer de salir de casa sin un acompañante masculino lleva de forma inevitable a una cascada de otras violaciones de los derechos económicos y sociales de la mujer y su familia”, ha advertido, después de que los talibán hayan amenazado con represalias contra aquellas que violen estas restricciones, incluidas flagelaciones y ejecuciones.
Así, Bachelet ha hecho hincapié en que “la población de Afganistán está hablando de su profundo temor sobre un retorno a las peores violaciones de los Derechos Humanos del pasado”. “Las mujeres, minorías, activistas, periodistas y otros que son particularmente vulnerables necesitan protección particular. Hay riesgos muy reales de renovadas atrocidades contra minorías étnicas y religiosas”, ha alertado.
“Seguiremos supervisando la situación de Derechos Humanos, a pesar de los desafíos de seguridad y de otro tipo”, ha señalado Bachelet, quien ha pedido a la comunidad internacional que “adopte medidas urgentes para evitar nuevas atrocidades y garantizar que los civiles de Afganistán no tienen que soportar de nuevo la carga y las consecuencias de un conflicto prolongado y mortal”.
(con información de EP)
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