Estados Unidos condenó las explosiones que sacudieron Kabul el martes, evocando “atentados” que llevan el “sello” de los talibanes.
“No estamos en posición de atribuirlo oficialmente todavía pero, por supuesto, llevan todo el sello de la ola de ataques talibanes que hemos visto en las últimas semanas”, dijo a periodistas el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU expresó este martes su preocupación por la escalada de la violencia en Afganistán a raíz de la ofensiva militar lanzada por los talibanes y urgió a los insurgentes y al Gobierno a negociar.
En una declaración consensuada por los quince Estados miembros, el Consejo de Seguridad pidió a las dos partes trabajar en un “proceso de paz inclusivo” que logre “progresos urgentes hacia una solución política y un alto el fuego”.
Según el texto, el objetivo en Afganistán debe ser un “arreglo político inclusivo, justo y realista para acabar con el conflicto”, en el que debe haber una “participación sustantiva de las mujeres”.
Sobre la situación actual, el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas reclamó una “reducción inmediata de la violencia” y expresó su preocupación por las informaciones de abusos de los derechos humanos, condenando los ataques contra civiles y contra personal de la organización.
Dos fuertes explosiones sacudieron la capital de Afganistán el martes por la noche, con unas dos horas de diferencia, una de las cuales fue atribuida por fuentes de seguridad a un coche bomba cerca de la casa del ministro de Defensa en el centro de Kabul.
Los talibanes han estado liderando una ofensiva total contra las fuerzas afganas desde hace tres meses, coincidiendo con la retirada de las fuerzas internacionales del país, y se han apoderado de grandes áreas rurales.
En los últimos tres meses los insurgentes han logrado capturar alrededor de 125 centros de distrito, el mayor logro en dos décadas de guerra, y mantienen asediadas varias capitales provinciales, como las meridionales Kandahar y Lashkargah, y la occidental Herat.
“Es importante que los talibanes reconozcan que no pueden lograr sus objetivos tomando el poder a través de la violencia”, agregó el vocero de la diplomacia estadounidense, subrayando la voluntad de Washington de “acelerar las conversaciones de paz en curso”.
La retirada de las fuerzas estadounidenses debe completarse el 31 de agosto, pero el jefe de las operaciones militares estadounidenses en Afganistán, el general Kenneth McKenzie, indicó a finales de julio que Estados Unidos continuaría sus ataques contra los talibanes si ellos no cesaban su ofensiva.
“Seguimos apoyando a nuestros socios afganos”, afirmó Price el martes.
(Con información de AFP y EFE)
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