Varios enfrentamientos sacudieron este lunes las inmediaciones del Parlamento tunecino, un día después de que el presidente Kais Saied suspendiera la actividad parlamentaria y destituyera al primer ministro, sumiendo a la joven democracia en una crisis política.
El domingo por la noche, tras una jornada de manifestaciones en numerosas ciudades del país, el presidente Saied anunció que “suspendía” la actividad del Parlamento durante 30 días. Además, destituyó al jefe del gobierno, Hichem Mechichi, en un contexto de fuerte descontento popular por la gestión de la crisis social y sanitaria por parte del Ejecutivo.
Este lunes, frente al Parlamento -en la ciudad de Túnez-, varios centenares de seguidores del presidente Saied impidieron que los simpatizantes del principal partido parlamentario, Ennahdha, se acercaran a su jefe, Rached Ghannouchi, que también es presidente del Parlamento.
Ghannouchi, que llevaba horas estacionado en un vehículo frente a la puerta cerrada del Parlamento, no logró entrar en el edificio porque los militares desplegados para custodiar la cámara se lo impidieron.
Los enfrentamientos, en los que seguidores de Ennahda intentaron saltar la valla de seguridad para entrar en el Parlamento, se han saldado con varios heridos, según recogió la emisora Mosaique FM, sin que las autoridades hayan facilitado un balance.
Asimismo, el Ejército rodeó la plaza de la Kasbah para impedir a los ministros acceder al Palacio de Gobierno, mientras que agentes de las fuerzas de seguridad irrumpieron en las oficinas de la cadena de televisión qatarí Al Jazeera.
La cadena qatarí resaltó que cerca de 20 policías fuertemente armados y vestidos de civil han entrado en las oficinas a pesar de no contar con una orden judicial, tras lo que procedieron a expulsar a los trabajadores de las mismas.
“No recibimos ningún aviso previo sobre la evacuación de nuestra oficina por parte de las fuerzas de seguridad”, dijo Lofti Hayi, jefe de redacción de Al Jazeera en Túnez. La cadena dijo que los agentes se han llevado además teléfonos móviles y otro material.
Pulso
Rached Ghannouchi y el presidente Saied se hallan inmersos en un pulso político desde hace seis meses, que ha paralizado el gobierno y perturbado a los poderes públicos, en medio de la ola de contagios de covid-19 que sacude Túnez desde principios de julio.
En este contexto, Saied anunció a última hora del domingo suspender el Parlamento y cesar al jefe de gobierno Mechichi, asumiendo su cargo de forma provisional. Si bien la Constitución no permite disolver el Parlamento, sí avala su suspensión durante 30 días.
El partido Ennahdha, de orientación islamista, criticó duramente la medida de Saied, que denunció como “un golpe de Estado contra la revolución”, según un comunicado publicado en Facebook.
El presidente afirmó además que esta decisión implica la retirada de la inmunidad de los parlamentarios y dijo que asumiría la presidencia de la Fiscalía para proceder a aquellos que tengan casos pendientes, en el marco de una serie de decisiones “para salvar Túnez, el Estado y el pueblo tunecino”, según sus palabras.
Tras su anuncio, Saied salió a la avenida Habib Burguiba rodeado de un gran dispositivo de seguridad y recibió el apoyo de sus seguidores. En un discurso en la vía pública ante los medios de comunicación, el presidente aseveró que no quiere se que produzca un derramamiento de sangre.
El anuncio de Saied llegó después de una jornada de protestas en las principales ciudades del país contra la gestión del Gobierno de Mechichi de la crisis sanitaria causada por la pandemia y la crisis económica, ahondada por el coronavirus.
Túnez inició su transición democrática en 2011 con la llamada “Revolución de los Jazmines”, que puso fin a dos décadas de la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali, y durante la cual se han sucedido un total de diez gobiernos que han agravado todavía más la crisis económica y social.
(Con información de AFP, Europa Press y EFE)
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