Rusia volvió a probar su misil hipersónico Zircon, el arma favorita de Vladimir Putin

Con un alcance máximo de unos 1.000 kilómetros, el nuevo cohete equipará los barcos y submarinos de la flota rusa en el marco de las tensiones con los países occidentales

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Con un alcance máximo de unos 1.000 kilómetros, el nuevo cohete equipará los barcos y submarinos de la flota rusa en el marco de las tensiones con los países occidentales

Rusia anunció este lunes que probó su nuevo misil crucero hipersónico Zircon, que forma parte del arsenal de armas desarrolladas que no tienen equivalente en el mundo según Moscú.

“La fragata ‘Almirante Gorshkov’ disparó desde el mar Blanco un misil hipersónico Zircon contra un objetivo terrestre ubicado en la costa del mar de Barents”, anunció el ministerio ruso de Defensa en un comunicado.

Según ese comunicado, el misil que volaba a velocidad Mach 7 “alcanzó con éxito el blanco ubicado a 350 kilómetros”.

El primer lanzamiento oficial de un misil Zircon remonta a octubre de 2020, momento en el cual el presidente ruso Vladimir Putin saludó un “gran acontecimiento” para “todo el país”.

El ensayo de octubre de 2020 (Ministerio de Defensa de Rusia a través de REUTERS)
El ensayo de octubre de 2020 (Ministerio de Defensa de Rusia a través de REUTERS)

Al menos dos ensayos tuvieron lugar desde entonces, en cada oportunidad desde el buque “Almirante Gorshkov”.

En el marco de las tensiones con los países occidentales, Rusia ha multiplicado en los últimos años los anuncio de nuevas armas presentadas como “invencibles” por Putin.

Se cree que Rusia está desarrollando cuatro misiles hipersónicos.

El misil Zircon figura entre ellas. Con un alcance máximo de unos 1.000 kilómetros, debe equipar los barcos y submarinos de la flota rusa.

También están en desarrollo el Yu-74 Avangard, el KH-47M2 Kinzhal y el Kh-90, conocido en Occidente como el AS-X-19 Koala.

La importancia de los misiles hipersónicos

Los misiles hipersónicos son aquellos que se trasladan a más de cinco veces la velocidad del sonido, es decir MACH 5 o 6.174 kilómetros por hora, sin alcanzar las capacidades extremas de los más convencionales misiles balísticos intercontinentales (ICBM).

Pero más allá de números, los misiles hipersónicos se caracterizan por alcanzar un punto medio entre los misiles de crucero y los balísticos y se cree que podrían definir las guerras del futuro.

Representación del misil hipersónico Zircon (@EpicentrumMagz)
Representación del misil hipersónico Zircon (@EpicentrumMagz)

Los de crucero, como los Tomahawk estadounidenses o el Kalibr ruso, suelen estar propulsados por turbinas convencionales y son relativamente lentos y de corto alcance pero muy precisos ya que pueden realizar maniobras, cambiando curso y altitud, y alcanzar sus blancos desde diferentes ángulos a través de sus avanzados sistemas de navegación. Pueden llevar cargas de explosivos convencionales o bien artefactos nucleares.

Por su escasa velocidad son vulnerables a los cazas o los escudos antimisiles como los Patriot o Thaad estadounidenses o los S-300 y S-400 rusos. Pero, al mismo tiempo, su costo es relativamente bajo y se suelen utilizar en grandes números, por lo que su uso suele ser táctico (es decir contra blancos militares o logísticos).

Los misiles balísticos, de corto, mediano y largo alcance, están propulsados por cohetes y alcanzan velocidades extremas y llegan a volar por fuera de la atmósfera, especialmente en sus variantes ICBM (desplegados sólo por Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Norte, China y la India), que los convierte en casi imposibles interceptar por cualquier sistema defensivo existente y tienen un alcance casi planetario.

Al mismo tiempo, su precisión es mucho menor ya que no pueden cambiar de rumbo ni maniobrar sino que cumplen una ruta preestablecida y describen un arco en su trayectoria a través de distancias también extremas.

Aunque algunos ICBM avanzados cuentan con ojivas múltiples, es decir que en vuelo pueden lanzar ataques contra diferentes blancos, aún así su precisión es tan baja y su costos tan altos que su operación sólo se reserva para ataques nucleares contra ciudades, es decir un uso estratégico.

En este contexto, los misiles hipersónicos llenan un vacío: aunque sin llegar a las velocidades extremas de los misiles balísticos, son lo suficientemente rápidos para no poder ser interceptados, pero al mismo tiempo pueden maniobrar y modificar su rumbo como los misiles de crucero y alcanzar altos niveles de precisión.

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