El Tribunal Supremo israelí falló este domingo que las leyes que vetaban la maternidad subrogada a parejas del mismo sexo y a hombres solteros son ilegales y ordenó al Parlamento legislar al respecto en un plazo máximo de seis meses.
La sentencia pone fin a más de once años de batalla legal de Etai Pnkas Arad y Yoav Arad Pinkas, que recurrieron estas leyes que limitan la maternidad subrogada a parejas heterosexuales y a mujeres con vínculo genético con el bebé, informa el diario ‘The Times of Israel’.
En febrero de 2020 el Supremo ya derogó una polémica ley al respecto y dio al Parlamento israelí un año de plazo para promulgar una nueva norma porque esta ley “viola de forma desproporcionada el derecho a la igualdad y el derecho a la paternidad de estos grupos y por tanto es ilegal”.
La semana pasada el Gobierno israelí pidió al Supremo que se pronunciase porque consideraba “inviable” una modificación de la cuestionada ley en la situación política actual. El resultado es esta sentencia que reduce el plazo.
El Gobierno israelí de coalición incluye a formación de derecha, centristas, de izquierda e incluso islamistas y su mayoría parlamentaria es apenas suficiente para sostener al Ejecutivo y la oposición vota sistemáticamente en contra del Gobierno incluso en cuestiones en las que ideológicamente están de acuerdo.
“Este caso lleva activo seis años y una vez determinado que el sistema actual es inconstitucional, la ‘falta de viabilidad política’ no puede justificar la grave violación de derechos básicos”, explicó la presidenta del Supremo, Esther Hayut. En un plazo de seis meses se anularán así las limitaciones actualmente vigentes para la maternidad subrogada, destacó Hayut.
Aguda, un grupo activista israelí LGBTQ, dijo que el fallo es un “hito histórico en nuestra lucha por la igualdad”.
“¡Hemos ganado! ¡Y es definitivo!”, celebraron los demandantes en un comunicado. “Es un gran paso hacia la igualdad, no solo para la comunidad LGTBI de Israel, sino para todo el mundo en este país. Esta decisión es importante para todos porque cualquier discriminación arbitraria es una vergüenza para el país. Nadie tiene derecho a discriminarlos y negarles el acceso a algo solo porque no son un hombre y una mujer”, argumentaron.
El ministro de Sanidad, Nitzan Horowitz, primer ministro abiertamente gay de la historia de Israel, también celebró el dictamen. “¡Por fin, igualdad!”, proclamó.
En cambio, el líder del partido ultraortodoxo Shas, Aryeh Deri, lamentó el “grave revés para la identidad del Estado judío”. Para Yaakov Litzman, del partido Judaísmo Unido de la Torá, es una decisión “que pone en peligro el futuro del pueblo judío y destruye el carácter del Estado y la tradición judía”.
El ultraderechista Bezalel Smotrich, de Sionismo Religios, advirtió de que se legitima el “tráfico de mujeres con el fin de que tengan embarazos subrogados”.
Según las regulaciones existentes, las parejas israelíes del mismo sexo que buscan convertirse en padres no pueden contratar a una madre sustituta y, a menudo, se ven disuadidas por los costos adicionales de encontrar una en el extranjero.
El Estado argumentó que la ley estaba destinada a proteger a las madres sustitutas, pero el tribunal dictaminó que era posible lograr un equilibrio sin discriminar.
En contraste con gran parte del conservador Medio Oriente, Israel es generalmente tolerante con su comunidad LGBTQ. Los homosexuales sirven abiertamente en el ejército y el Parlamento, y muchos artistas y animadores populares, así como el actual ministro de Salud, son abiertamente homosexuales. No obstante, persisten obstáculos, incluida la ausencia de matrimonio civil entre personas del mismo sexo.
(con información de EP y AP)
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