Israel dijo el domingo que empezará a ofrecer una tercera dosis de la vacuna de Pfizer Inc. para el COVID-19 a los adultos con sistemas inmunes débiles, pero destacó que aún está sopesando si poner el refuerzo a disposición de la población general.
La rápida propagación de la variante Delta ha hecho que las tasas de vacunación en Israel vuelvan a aumentar, ya que los nuevos contagios han pasado en el último mes de un solo dígito a unos 450 al día, y el país se ha movilizado para acelerar el próximo envío de Pfizer.
El ministro de Sanidad, Nitzan Horowitz, dijo que los adultos con sistemas inmunes deteriorados que hayan recibido dos dosis de la vacuna de Pfizer podrán recibir una inyección de refuerzo, y que la decisión sobre una distribución más amplia está pendiente.
Pfizer y su socio BioNTech SE, los principales proveedores para el rápido despliegue de la campaña de inmunización de Israel que comenzó en diciembre, dijeron el jueves que pedirán a los reguladores estadounidenses y europeos en las próximas semanas que autoricen las inyecciones de refuerzo.
Las empresas citaron un mayor riesgo de infección después de seis meses para solicitar permiso para una tercera inyección.
“Estamos examinando esta cuestión y todavía no tenemos una respuesta definitiva”, dijo Horowitz a la radio pública Kan, sobre un refuerzo para la población general en Israel. “En cualquier caso, a partir de ahora estamos administrando una tercera vacuna a las personas que sufren inmunodeficiencia”.
Aproximadamente la mitad de los 46 pacientes actualmente hospitalizados en Israel en estado grave están vacunados, y la mayoría pertenece a grupos de riesgo, según las autoridades sanitarias. Unos 5,7 millones de los 9,3 habitantes de Israel han recibido al menos una dosis.
El viernes pasado, Israel reimpuso este viernes el uso obligatorio de mascarillas en interiores, medida que había retirado hace diez días, ante el aumento de casos por la variante Delta El coordinador nacional de la pandemia, Nachman Ash, declaró que no cree que el país esté en una cuarta ola de contagios, pero apoyó la medida por el aumento de la tasa de positividad y el número de casos, que este viernes superó los 200, el más alto desde abril.
Las mascarillas en espacios “que no sean abiertos” volverán a ser obligatorias, y quedarán exentos los menores de 7 años, discapacitados, quienes estén solos en el lugar cerrado, los empleados que trabajen en una misma sala y las personas que estén realizando una actividad deportiva.
Además, Salud intenta acelerar la vacunación de los menores de entre 12 y 15 años.
Aún con una baja cifra, la creciente tasa de morbilidad preocupa a las autoridades israelíes que han reforzado la vigilancia de cuarentenas de quienes regresan del exterior, así como las multas a quienes las incumplan.
El país mantiene cerradas sus fronteras exteriores a turistas desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, que comenzó a aliviar a finales de mayo para grupos de vacunados con autorización previa, con el fin de evitar las mutaciones que han irrumpido en la situación epidemiológica del país, controlada hasta hace dos semanas.
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