Los trabajadores migrantes en el mundo aumentaron un 3 % entre 2017 y 2019, hasta totalizar 169 millones (cinco millones más), aunque la pandemia seguramente ralentizó este aumento en una coyuntura en la que este colectivo es más vulnerable, señaló hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Aunque la mayoría de trabajadores migrantes son adultos de entre 25 y 64 años, la OIT registró un aumento de la proporción de los más jóvenes, que de representar el 8,3 % del total en 2017 pasaron al 10 % en 2019, debido sobre todo a las altas tasas de desempleo juvenil en muchos países en desarrollo.
Por regiones, más de dos tercios de estos migrantes trabajan en países ricos, el 37,7 % en Europa y Asia Central y el 25,6 % en América.
“La pandemia ha revelado la precariedad de su situación. Los trabajadores migrantes, con frecuencia, son los primeros en ser despedidos, tienen dificultades para acceder al tratamiento y muchas veces están excluidos de las respuestas políticas nacionales a la COVID-19”, declaró Manuela Tomei, Directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT.
Esto se debió en gran medida a que los trabajadores migrantes, que constituyen casi el 5 % de la fuerza de trabajo global, en muchas ocasiones tienen empleos temporales, informales y sin protección, lo que les expone a un mayor riesgo de inseguridad, despidos y empeoramiento de las condiciones laborales.
Según los nuevos datos de la OIT, la mayoría de estos trabajadores migrantes son hombres, 99 millones, en comparación con 70 millones de mujeres, una proporción que se mantuvo estable en los últimos años, según el informe.
Por sectores, el 66,2 % de los migrantes trabaja en servicios, donde predomina la mujer, mientras que el 26,7 % lo hace en la industria y el 7,1 % en la agricultura, con más presencia de hombres.
Los expertos de la OIT resaltaron la importancia de las políticas de migración laboral, que según ellos solo serán efectivas si están basadas en la evidencia estadística.
”Pueden ayudar a los países a responder a los cambios en la oferta y la demanda de trabajo, estimular la innovación y el desarrollo sostenible, y transferir y actualizar habilidades”, aseguró el estadístico jefe y director del Departamento de Estadística de la OIT, Rafael Díez de Medina.
El informe, aclaró la organización con sede en Ginebra, no cuenta con datos de los trabajadores migrantes durante la pandemia debido a que en muchos países no están disponibles todavía.
Más de dos terceras partes de los trabajadores migrantes internacionales se concentran en los países de altos ingresos. De los 169 millones de trabajadores migrantes internacionales, 63,8 millones (37,7%) viven en Europa y Asia Central. Otros 43,3 millones (25,6%) viven en las Américas. Por consiguiente, Europa, Asia Central y las Américas albergan, conjuntamente, 63,3% de todos los trabajadores migrantes.
Las regiones de los Estados Árabes y de Asia y el Pacífico acogen, cada una, cerca de 24 millones de trabajadores migrantes, lo cual representa en total, 28,5% de todos los trabajadores migrantes. En África viven 13,7 millones de trabajadores migrantes, que representan 8,1% del total.
En calidad de trabajadoras migrantes, las mujeres enfrentan más obstáculos socioeconómicos y tienen mayores probabilidades de migrar como miembros de la familia acompañantes por razones distintas a la de buscar trabajo. Ellas pueden experimentar discriminación de género en el empleo y es posible que no tengan contactos con personas afines, lo cual dificulta el equilibrio entre la vida profesional y familiar en un país extranjero.
(con información de EFE)
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