Cientos de jóvenes jóvenes españoles se contagiaron de COVID-19 en viajes de fin de curso a una isla turística del país y varios miles están en cuarentena, en un “macrobrote” de la enfermedad rodeado de polémica en España, con estudiantes confinados bajo vigilancia policial.
Los contagios detectados hasta este lunes son cerca de 900, con el temor a que sigan aumentando en varias regiones del país a las que regresaron de estos viajes a la isla mediterránea de Mallorca.
Los que están en cuarentena de forma preventiva alcanzan los 3.000 solo en la región de Madrid.
Las autoridades regionales de Baleares, el archipiélago mediterráneo al que pertenece Mallorca, advirtieron de que uno de cada cuatro jóvenes con relación directa o indirecta con el brote está dado positivo en las pruebas para detectar el virus.
Al menos 249 fueron confinados un hotel de la isla para realizar pruebas de detección de la COVID-19, con vigilancia policial para garantizar que si es necesario cumplan diez días de cuarentena y con el apoyo de un equipo de psicólogos de la Cruz Roja.
Las autoridades detectaron que los contagios comenzaron en un concierto, que fue desalojado por la Policía al incumplir medidas preventivas como la distancia de seguridad y el uso de mascarillas, y en fiestas en hoteles y barcos en la isla a las que asistieron estos jóvenes desde mediados de este mes.
El alojamiento y la comida (cuatro veces al día) corre a cuenta del gobierno balear. El ambiente en el hotel Bellver, muy cerca del paseo marítimo de Palma, era de calma hasta la llegada de los jóvenes.
“Gritan todo el tiempo, ponen la música a todo volumen, sin importar quién está enfermo y quién necesita descansar. Es así durante 20 horas al día”, cuenta Juan, de 30 años, al periódico El Mundo. Según relata, corren por los pasillos pese a que está prohibido salir de la habitación y usan el teléfono fijo, reservado para emergencias, para hacer bromas a otros huéspedes y a la recepción.
Cuando el aburrimiento crece, llegan a hacer guerras de comida. “La chica de la habitación contigua a la mía amablemente les pidió que bajaran la música. En respuesta le arrojaron una manzana”, aseguró.
Según explicó, el cordón policial se limita a controlar que nadie salga del hotel, pero no revisan lo que sucede en el interior.
El Gobierno del archipiélago aprobó este lunes una nueva normativa para los viajes organizados a Baleares, que obligará a todos los grupos superiores a veinte personas a llegar a las islas con PCR negativa hecha 48 horas antes o a tener la pauta completa de vacunación. También pidieron un refuerzo policial para prevenir conductas de riesgo en zonas turísticas.
Las decisiones de las autoridades son cuestionadas por padres de los jóvenes, como la madre de uno de los estudiantes que denunció en los juzgados al Gobierno regional por lo que considera una detención ilegal de su hijo en el hotel de la isla en que fue confinado junto a otros.
Otros padres criticaron lo que consideraron una falta de información sobre el estado de sus hijos y sobre cuándo se producirá su regreso.
“Somos negativos, queremos salir”, “¡libertad!” o “secuestro balear” son algunas de las consignas que gritan los estudiantes a quien quiera escucharlos. De los 249, ya dieron positivo 62.
El brote se produce después de que haya reabierto el ocio nocturno en España aunque con limitaciones, entre críticas a la actitud de jóvenes que no respetan las medidas preventivas, y cuando el Reino Unido acaba de incluir a Baleares entre los destinos turísticos seguros para sus turistas ante la COVID-19, el único en España.
La ministra española de Turismo, Reyes Maroto, calificó este “macrobrote” de una “anécdota” y defendió que España “es un destino seguro” para el turismo.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: