Rusia enfrenta un aumento de nuevos casos que las autoridades achacan a la variante Delta, altamente infecciosa, y a la lentitud en la vacunación de la población. En el país se vive momentos críticos por la pandemia, mientras la capital, Moscú, alcanzó récord de muertes.
El país, con un 90% de la variante Delta circulando y vacunación limitada, tiene una de las peores tasas de mortalidad por la pandemia, alertó el prestigioso investigador, genetista y cardiólogo norteamericano Eric Topol, actual editor en jefe de Medscape.
Las autoridades de Moscú registraron 114 muertos de coronavirus el domingo, el número diario de decesos mayor en la capital rusa desde marzo de 2020.
Eso son 16 muertos más que el 25 de junio, cuando se alcanzó la anterior funesta marca. En total, en la capital rusa han muerto 22.086 personas de covid-19 desde el estallido de la pandemia.
Además, los positivos a nivel nacional ascendieron a 21.665, de ellos 8.457 en Moscú, el epicentro de la pandemia desde marzo de 2021.
Por su parte, San Petersburgo, la segunda ciudad más habitantes en Rusia, registró 107 muertes el sábado.
De acuerdo con Topol, detrás de este incremento en el número de fallecidos se encuentra la variante Delta y las limitadas campañas de inoculación.
Ante este repunte, Moscú reintrodujo restricciones como el teletrabajo obligatorio, la creación de un pase sanitario para ir a restaurantes o la imposición de vacunas en el sector servicios, pero no baraja todavía un confinamiento estricto.
El alcalde moscovita, Serguéi Sobianin, admitió que las nuevas cepas, cuyo período de incubación es de unos pocos días, es la causante del actual repunte, ya que la de Wuhan afecta a menos del 5 % de casos.
“La situación es tal que estamos sufriendo de nuevo la pandemia. La epidemia (...) campa a sus anchas en Moscú. Estamos hospitalizando a casi dos mil enfermos diarios”, alertó y admitió que se ha duplicado la carga de trabajo en los hospitales de la ciudad.
E insistió en que “para frenar la pandemia se necesita una cosa: una rápida vacunación masiva” y que el resto, incluido el confinamiento, son “medidas provisionales”.
Aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, se mostró contrario a la vacunación obligatoria, Sobianin decretó a mediados de junio la obligatoriedad de vacunarse para al menos el 60 % de los empleados del sector servicios, ejemplo que están emulando muchas regiones rusas.
Por otra parte, ana región del centro de Rusia suspendió el sábado la vacunación contra el COVID-19 por dos días debido a la escasez de dosis, informaron las autoridades locales, mientras el país registró el mayor aumento diario de casos de la enfermedad desde mediados de enero.
Tras la escasez que obligó a suspender las campañas de inoculación desde el viernes en algunos centros de las regiones de Bashkiria y Khabarovsk, las autoridades sanitarias de la región central de Udmurtia dijeron que las vacunaciones se detendrían hasta el lunes debido a la falta de suministros.
El Kremlin dijo que el problema se resolvería en los próximos días, y el primer ministro Mijail Mishustin anunció un gasto adicional de 25.000 millones de rublos (346,80 millones de dólares) para la atención de pacientes con COVID-19.
Según las autoridades rusas, más de 21 millones de un total de 146 millones de rusos ya han recibido la primera dosis de la vacuna, una cifra considerada muy baja para lograr la inmunidad de rebaño este año.
Rusia suma ya 5.451.291 positivos y 133.282 muertes por covid-19, aunque fuentes independientes multiplican por dos y tres las cifras oficiales. EFE
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