Rusia reiteró su apoyo a sus aliados en América Latina, fundamentalmente a Cuba, Venezuela y Nicaragua, ante lo que fue calificado como “amenazas externas”. Así lo aseguró el miércoles el ministro de Defensa ruso, el general del ejército Sergey Shoigu, quien afirmó que aunque las relaciones con esos países son “históricas”, las distintas formas de presión que experimentan en la actualidad hace que necesiten la ayuda de Moscú “más que nunca”.
Aunque el ministro no especificó si dichos países hicieron un pedido formal de ayuda, en un discurso dado durante una conferencia sobre seguridad internacional realizada en Moscú, sí se refirió a las “amenazas” sufridas por ellos, que incluyen la posibilidad de “uso abierto de la fuerza militar” contra esas naciones.
“Es la amenaza del terrorismo, muy ligada a la producción de drogas ilegales y a los permanentes intentos por iniciar revoluciones variadas en esos países”, afirmó Shoigu, de acuerdo con la agencia TASS de noticias.
Las declaraciones llegan en un momento particularmente sensible en Nicaragua, aislado internacionalmente como consecuencia de las acciones del gobierno de Daniel Ortega, quien ha lanzado una persecución contra candidatos opositores que incluyó una ola de detenciones además de intimidaciones, amenazas y allanamientos.
Sin embargo, la alianza con Moscú no es nueva. En 2014, el presidente Vladimir Putin realizó una visita sorpresa al país centroamericano, y antes de eso Ortega había manifestado su apoyo a Rusia en varios conflictos regionales, incluido el de Ucrania, y ante las sanciones occidentales.
De acuerdo con el diario El País, Putin ha financiado centros de entrenamiento militar en Nicaragua, además de el “fortalecimiento y la modernización” del Ejército y el envío de arsenal militar.
En relación con el vínculo entre Rusia y Venezuela, Moscú se comprometió esta semana a fortalecer la cooperación militar con la dictadura de Nicolás Maduro.
El compromiso de Moscú, uno de los principales aliados del régimen chavista, se dio en el marco de la reunión que mantuvieron el martes los ministros de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov y Jorge Arreaza, en la capital rusa.
Estados Unidos monitorea la presencia rusa en Venezuela desde hace tiempo. En agosto del año pasado, el almirante Craig Faller, comandante del Comando Sur de las Fuerzas Armadas -cuya órbita de influencia incluye al país caribeño- dijo que “la influencia rusa es la principal fuerza manteniendo a Nicolás Maduro en el poder”.
“Veo con alarma lo que Rusia está haciendo con Venezuela en términos de personal desplegado y en la diseminación de desinformación”, agregó durante una conferencia sobre América Latina del think tank Atlantic Council.
Rusia se convirtió en uno de los mayores aliados políticos y comerciales del régimen de Hugo Chávez primero, y luego de Maduro. Moscú es, además, el segundo acreedor de Venezuela, después de China, con unos 7.500 millones de dólares, según una estimaciones de la consultora local Ecoanalítica. El pasado mes de marzo el Kremlin fortaleció su respaldo al dictador venezolano con la firma de una docena de acuerdos de cooperación en materia alimentaria, financiera, energética, militar, científica, tecnológica y minera.
(Con información de EFE y Europa Press)
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