El Día Internacional de la Madre Tierra es el único día del año en el que el mundo entero pone el tema en la agenda. Es un día de los 365. Representa el 0,27% de todo el año. Esto no es para nada importante, pero al menos es algo, mucho mejor que nada.
El presente es tan intenso, complejo y desordenado que desplaza al futuro. Es comprensible: hay otras prioridades candentes. La sociedad y los gobiernos no consideran urgente el cambio climático. Si lo fuera, las fábricas deberían parar radicalmente, los autos deberían parar radicalmente, los aviones deberían parar radicalmente, la producción del plástico debería parar radicalmente. Radicalmente significa hoy, igual que hemos empezado a utilizar barbijos de un día para otro. Sin embargo, esto no es -todavía- factible, y el único camino viable requiere un enfoque gradualista. En este gradualismo está la clave.
Si nos centramos en los días restantes de la celebración, merece la pena mirar el panorama general de todas las partes interesadas y su compromiso: el sector público, el sector privado y la sociedad civil. Los responsables no están en Marte, sino que respiran aquí mismo, al lado de cada vecino.
Myclimate.com es una ONG con sede en Suiza, fundada en 2002. Su objetivo es hacer posible la protección del clima a través de mecanismos económicos como la fijación de precios del dióxido de carbono. Stephen Neff -CEO- señala que “incluir el Día de la Madre Tierra en la agenda internacional sin duda sensibiliza a la sociedad civil a través de la cobertura mediática y la promoción de iniciativas tanto en el sector público como en el privado”. Y añade que “un día como éste es un primer paso importante en la cadena de acontecimientos que debe seguir. Los 364 días restantes no son tan relevantes, pero los 365 días que siguen son muy relevantes y permitirán ganar el partido”.
El rol clave del sector más interesado
Es necesario asumir un compromiso que vaya más allá de las declaraciones, las iniciativas y las promesas bienintencionadas y orientadas al corto plazo que se disuelven en el aire cuando se enfrentan a la realidad. “Cada vez son más las personas que se unen al movimiento y pasan a la acción. La iniciativa Science Based Target (Ciencia Basada en Objetivos - www.sciencebasedtargets.org) y la incorporación de los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el ADN de muchas organizaciones me hacen confiar en que vamos por el buen camino”, destaca Neff.
Tras el gran avance de 2015 con el Acuerdo de París, los responsables políticos mundiales perdieron velocidad y ambición. Se necesita una dirección clara y políticas agresivas, rápidamente. El papel del sector público debe ser el de informar y educar a la sociedad civil y a aquellos líderes empresariales y responsables en la toma de decisiones que pueden tener un impacto real para un futuro mejor.
El lado positivo del Covid (?)
Los efectos secundarios de la pandemia parecen haber tenido un impacto muy positivo. Las cifras han seducido al ecosistema social, gubernamental y empresarial. La reducción de alrededor del -7% de las emisiones de CO2 en todo el mundo puede parecer, a primera vista, un efecto secundario muy positivo, sin embargo, el CEO de myclimate.com añade que “es un poco cínico enorgullecerse de un hecho positivo que se debe a una pandemia y que afecta negativamente a los que ya están en riesgo debido al cambio climático”.
“En myclimate.com hemos abordado esta difícil cuestión estando en contacto muy estrecho con nuestros socios, ayudándoles a abordar los retos a los que se enfrentan en sus ecosistemas sociales, gubernamentales y empresariales”. Y añade: “Nuestras actividades de apoyo van desde la compra de reducciones de emisiones para los clientes, hasta el ofrecimiento de conocimientos técnicos allí donde podemos, con un enfoque en iniciativas como ‘Dale forma a tu viaje’ y ‘Cause We Care’ (Porque Nos Importa) que involucran a muchos socios del ecosistema turístico”.
Hagamos más ecológicas las misiones permanentes
Al igual que casi todos los Estados tienen misiones permanentes con sede en Ginebra para defender los intereses económicos y de derechos humanos, el futuro de estas misiones, según Neff, pasaría por ampliar e integrar los asuntos medioambientales en su labor diplomática.
“La reivindicación de la justicia climática, parte integrante del movimiento ‘Viernes por el Futuro’, también puede verse a nivel de Naciones Unidas antes, durante y después de las negociaciones en cada reunión de la ‘Conferencia de las Partes’ (COP). Desde esta perspectiva, los asuntos medioambientales ya están integrados en la diplomacia internacional”, señala.
Descubrimos que myclimate.com tiene una aplicación online que le permite a la gente calcular cuál es el consumo en emisiones de carbono que está teniendo. Esto funciona si la gente se acerca proactivamente a esta tecnología. Y, según Neff, “también es factible que los fabricantes de autos, aviones y cruceros incorporen esta tecnología para informar de forma permanente y obligatoria a sus usuarios acerca del nivel de consumo de compensación de carbono que realizan”. Menciona, “Podría ser posible un cambio de juego. Ya hemos integrado estas soluciones de software en la oferta de productos de compañías de seguros, proveedores de alimentos y fabricantes de equipos, por nombrar algunos.”
La última pregunta
Para terminar la entrevista, intentamos ‘acorralar’ de forma constructiva al director de myclimate.com preguntándole si tuviera que señalar hoy en el mapa dónde estaría la prioridad de la agenda del cambio climático, ¿dónde caería su dedo y cuál sería la primera y la acción más concreta a tomar? Su respuesta fue muy directa: “No necesitamos señalar en un mapa. Basta con mirar por la ventana de nuestra casa o de nuestra oficina. El cambio tiene que empezar por nosotros”. Suiza tiene una de las mayores emisiones de CO2 per cápita del mundo. En segundo lugar, tenemos que aceptar que el tiempo se está acabando. Eso quedó claro en el último informe del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático). En tercer lugar, necesitaremos una legislación clara y bien pensada a nivel local para abordar las emisiones de CO2. Para ello, lo más importante es que todos aceptemos la responsabilidad del problema. Cualquier otra cosa podría interpretarse como una traición a las generaciones venideras”.
* Entrevista originalmente publicada en UN Today.