La burbuja de viajes entre Nueva Zelanda y el estado australiano de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, fue suspendida durante al menos tres días desde este miércoles a raíz de un brote de coronavirus. Sídney, la ciudad más poblada de Australia, registró 16 nuevas infecciones locales en las últimas 24 horas.
La medida fue implementada tras conocerse el martes el positivo por COVID-19 de una persona que regresó el lunes a Sídney tras viajar el sábado a Wellington, la capital de Nueva Zelanda.
Las autoridades neozelandesas adoptaron para la capital mayores medidas de distanciamiento social y el uso obligatorio de mascarillas en el transporte público, entre otras, desde este miércoles y hasta el domingo.
Australia, que al igual que Nueva Zelanda se encuentra entre los países que mejor han gestionado la pandemia, afronta un brote con la variante Delta, que se detectó la semana pasada en el turístico barrio de Bondi, con un total de 31 infecciones en Sídney.
Para intentar frenar la expansión de esta variante altamente contagiosa, las autoridades de Nueva Gales del Sur impusieron a partir de este miércoles medidas de restricción social en el área metropolitana de Sídney, con 5,3 millones de personas, y otras poblaciones aledañas.
Estas medidas limitan las reuniones en interior a un máximo de 5 personas, impone el uso de mascarillas en interior, restringe el aforo de locales comerciales, mientras otras jurisdicciones australianas también han prohibido los desplazamientos desde Sídney.
La jefa de gobierno de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, solicitó en una rueda de prensa que las personas que viven en los barrios en donde se han detectado casos de COVID-19 eviten viajar fuera de la ciudad.
Australia, que vive desde hace meses una práctica normalidad que solo se rompe con confinamientos breves y localizados para controlar con rapidez los rebrotes, acumula unos 30.400 casos, incluyendo 910 fallecidos, y ha vacunado a unos 5,7 millones de personas, de los cuales más de 864.000 han recibido la pauta completa.
Nueva Zelanda, por su parte, ha registrado desde el inicio de la pandemia 2.723 contagios incluidos 26 decesos, mientras que ya ha vacunado a más de 567.000 personas, entre ellas 324.500 con la pauta completa, e iniciará a finales de julio la campaña de inoculación a la población en general.
(Con información de EFE)
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