La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) exigió este martes al Gobierno de Afganistán que libere a niños detenidos por su presunta relación con los talibán y la rama de Estado Islámico que opera en el país, algunos de los cuales han sido torturados bajo custodia, y que trabaje para su reintegración en la sociedad.
La ONG resaltó que cientos de niños se encuentran detenidos en estos momentos por sus presuntos vínculos con los insurgentes y Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP), antes de recalcar que “a menudo” son torturados por las fuerzas de seguridad afganas.
Así, destacó en un informe presentado de cara a la reunión sobre Afganistán que celebrará este martes el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que los niños son retenidos a menudo en instalaciones militares y se les obliga a firmar documentos que no entienden, incluidas confesiones.
HRW apuntó que estos menores de edad son imputados por “delitos de terrorismo” y que llegan a ser sentenciados a penas de hasta 15 años de cárcel, antes de agregar que algunos de ellos fueron detenidos únicamente debido a la presunta pertenencia de sus padres a estas organizaciones armadas.
“Detener y torturar a niños que ya han sido víctimas de grupos armados es inhumano y contraproducente”, expresó Jo Becker, directora para Derechos del Niño de HRW. “En lugar de dejar que estos niños olvidados languidezcan en prisión, el Gobierno afgano, la ONU y los donantes deberían crear inmediatamente programas para reintegrarlos en la sociedad”, añadió.
En este sentido, HRW recordó que la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) determinó que cerca del 44% de los niños entrevistados entre 2019 y 2020 relataron historias creíbles sobre torturas y malos tratos, con menores de hasta diez años detenidos en centros de las fuerzas gubernamentales.
La ONG hizo hincapié en que, durante el conflicto, tanto el Ejército como los grupos armados reclutaron a miles de niños para tareas de combate y labores de apoyo, incluido su uso por parte de ISKP como terroristas suicidas o para la colocación de explosivos, lo que es una violación del Derecho Internacional.
“Estos niños están siendo olvidados y su continuada detención y abuso no evitará violencia en el futuro”, dijo Becker. HRW incidió además que, al contrario que otros países en conflicto, Afganistán no cuenta con programas de reintegración social para niños soldados.
“Las partes preocupadas por el futuro de Afganistán deberían priorizar la liberación y reintegración de los niños detenidos por supuestos lazos con los grupos armados y garantizar que la protección de los niños es uno de los principales puntos de las conversaciones de paz”, concluyó.
El Gobierno y los talibán iniciaron en septiembre de 2020 un proceso de conversaciones en la capital de Qatar, Doha, que obtuvo escasos avances y que se vieron opacados por un repunte de los combates y los avances sobre el terreno por parte de los insurgentes ante el repliegue de las tropas internacionales.
(Con información de EP)
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