Tres días después de haber sido elegido presidente de Irán, el ultraconservador Ebrahim Raisi dijo este lunes que el programa de misiles del régimen persa y su apoyo a las milicias de la región no son aspectos negociables con la comunidad internacional, a quien le pide un levantamiento de las sanciones internacionales.
“Los temas regionales o los temas de misiles de Irán no serán negociables. Lo que ellos han acordado no lo cumplen. ¿Cómo quieren entrar en otros asuntos?”, zanjó Raisi, que está él mismo bajo sanciones de Estados Unidos desde 2019, al ser consultado por el tema en su primera conferencia de prensa como mandatario electo.
La flota aérea de Teherán se remonta en gran medida a antes de la Revolución Islámica de 1979, por lo que Irán ha invertido en misiles para hacer frente a sus enemigos en la región. Los cohetes, con un alcance autoimpuesto de 2.000 kilómetros, pueden llegar a todo Medio Oriente y a las bases militares estadounidenses cercanas. Irán también se apoya en milicias como los rebeldes Houthi de Yemen y el grupo terrorista libanés Hezbollah para hacer contrapeso a Arabia Saudta e Israel, respectivamente.
Preguntado por la opción de mantener un encuentro directo con el mandatario Joe Biden si EEUU elimina sus sanciones y regresa al acuerdo nuclear, Raisi respondió con un tajante “no”.
El mandatario estadounidense busca regresar al pacto nuclear firmado en 2015 y participa en las negociaciones de Viena desde abril, pero ha expresado ciertas condiciones que se han encontrado con un muro en Irán. Además de exigir que Teherán vuelva a cumplir sus obligaciones, como los límites a la pureza del enriquecimiento de uranio, también aboga por incluir asuntos como el programa de misiles balísticos iraní y su influencia regional en un acuerdo más amplio.
Sobre las conversaciones en curso en Viena, Raisi adelantó que “el actual equipo negociador continuará su trabajo” y que sus asesores en política exterior están ya “estudiando los informes”. No obstante, remarcó que no permitirá “negociaciones por el simple placer de negociar” y aseguró que el diálogo debe producir resultados para la nación iraní”.
El domingo se celebró la última reunión de la sexta ronda de negociaciones en la que ha habido importantes avances que podrían conducir a una acuerdo final en la próxima sesión de reuniones.
El ultraconservador iraní ganó con un 61,9% de los votos las presidenciales del pasado viernes, en las que, sin embargo, la participación fue excepcionalmente baja, del 48,8%.
“La política exterior de nuestro gobierno no empezará ni se limitará al acuerdo nuclear. Buscaremos una interacción amplia y equilibrada con todos los países del mundo”, anunció Raisi. El presidente electo hizo hincapié en que “en especial es una prioridad tener lazos amistosos con los países vecinos”, entre los que incluyó al rival regional de Irán: Arabia Saudita.
Teherán y Riad no mantienen relaciones diplomáticas desde 2016 y, en su disputa por extender su influencia en Medio Oriente, han apoyado a bandos opuestos en varios conflictos como el del Yemen.
Sin embargo, desde hace unos meses, ambos países están manteniendo contactos para resolver sus diferencias y Raisi aseguró que no ve “ningún obstáculo en reabrir las embajadas”.
Una política exterior que se podría ver lastrada por las sanciones estadounidenses contra su persona y por la petición de organizaciones como Amnistía Internacional de que sea “investigado por los crímenes de lesa humanidad de asesinato, desaparición forzada y tortura”. Al respecto, Raisi arguyó: “Todo lo que he hecho siempre ha sido para defender los derechos humanos y para luchar contra aquellos que llevaban a cabo actividades terroristas”.
Se teme en Irán un aumento de la persecución a los disidentes y de las restricciones a las libertades sociales bajo el mandato de Raisi, que pertenece al núcleo duro del sistema teocrático del país, defensor a ultranza de los valores de la Revolución Islámica de 1979.
(Con información de AFP, EFE y AP)
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