La ONG humanitaria Amnistía Internacional ha solicitado una investigación por crímenes contra la Humanidad contra el presidente electo de Irán, Ebrahim Raisi, al que acusa de participar en el asesinato, la desaparición forzada y la tortura a disidentes políticos durante su rol en la llamada “comisión de la muerte” durante finales de la década de los 80.
Concretamente, Amnistía denuncia que Raisi participó en un programa de ejecuciones extrajudiciales contra miles de opositores políticos en las cárceles de Evin y Gohardasht, cerca de Teherán, en 1988, cuando el futuro mandatario y jefe de la Judicatura iraní se desempeñaba como fiscal adjunto de la capital iraní.
Ya como máximo responsable del poder Judicial iraní, Raisi ha presidido, según Amnistía, “una creciente represión de los Derechos Humanos que ha provocado la detención arbitraria de cientos de disidentes pacíficos, defensores de los derechos humanos y miembros de grupos minoritarios perseguidos”.
Asimismo, y bajo su supervisión, el poder judicial también ha otorgado “impunidad general” a los responsables de ejecutar a cientos de hombres, mujeres y niños y someter a miles de manifestantes a arrestos masivos y al menos a cientos a desapariciones forzadas, torturas y otros males durante y después de las protestas a nivel nacional de noviembre de 2019, acusa la organización.
De hecho, Raisi figura en la lista negra de responsables iraníes sancionados por Washington por “complicidad en graves violaciones de los derechos humanos”.
“El hecho que Ebrahim Raisi haya ascendido a la presidencia en vez de ser investigado por crímenes contra la humanidad como asesinato, desaparición forzosa y tortura, es un desalentador recordatorio de que la impunidad reina supremamente en Irán”, indicó la organización en un comunicado.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, lamenta en este sentido que “el hecho de que Ebrahim Raisi haya ascendido a la Presidencia en lugar de ser investigado por los crímenes de lesa humanidad de asesinato, desaparición forzada y tortura, es un triste recordatorio de que la impunidad reina en Irán”.
Además, Callamard lamenta que la llegada de Raisi a la presidencia ha tenido lugar tras “un proceso electoral desarrollado en un entorno altamente represivo y prohibió a las mujeres, miembros de minorías religiosas y candidatos con puntos de vista contrarios postularse para cargos públicos”.
Este organización de defensa de los derechos humanos con sede en Londres aseguró que Raisi ha comandado “un espiral de represión de los derechos humanos” como jefe de la autoridad judicial de Irán en los últimos dos años. Según Amnistía, esto ha llevado a la detención de “cientos de disidentes pacíficos, defensores de los derechos humanos y miembros de minorías perseguidas”.
“Bajo su mandato, el poder judicial también garantizó impunidad a los altos cargos del gobierno y las fuerzas de seguridad responsables de la muerte de cientos de hombres, mujeres y niños”, aseveró.
También lo acusa del “arresto masivo de miles de manifestantes y la desaparición forzosa de cientos, además de torturas y malos tratos” durante y después de la ola de protestas de noviembre de 2019.
El ultraconservador ganó la elección presidencial iraní con 62,2% de los votos, según resultados parciales difundidos este sábado que lo convertirían en el sucesor de Hasan Rohani sin necesidad de una segunda vuelta, tal como aceptaron sus propios rivales.
Raisi obtuvo “más de 17.800.000” de votos sobre un total de 28,6 millones de sufragios escrutados, declaró Jamal Orf, presidente de la Comisión Nacional Electoral en una conferencia de prensa en Teherán. Orf no dio estimación de la tasa de participación, pero según cálculos extraoficiales habría sido del 53%. El censo electoral es de más de 59,3 millones de iraníes mayores de 18 años.
Según los datos parciales, el general Mohsen Rezai, excomandante en jefe de los Guardianes de la Revolución -ejército ideológico de la República Islámica-, está en segundo lugar con más 11,5% de los votos, delante del expresidente del Banco Central Abdolnaser Hemati (8,3%) y el diputado Amirhosein Ghazizadeh-Hashemi (3,4%).
El guía supremo iraní, el ayatola Alí Jamenei, celebró este sábado la elección ganada por Raisi como una victoria de la nación contra la “propaganda del enemigo”. “La gran ganadora de las elecciones de ayer es la nación iraní porque se ha levantado otra vez frente a la propaganda de la prensa mercenaria del enemigo”, dijo.
Raisi, de 60 años, era archifavorito para esta elecciones ante la falta de competencia real tras la descalificación de sus principales adversarios. La campaña fue sosa, con un trasfondo de malestar generalizado de los ciudadanos ante la crisis que vive este país rico en hidrocarburos, pero sometido a sanciones estadounidenses.
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