Este viernes, el Gobierno de Israel informó que planeaba entregarle a la Autoridad Palestina 1 millón de vacunas contra el coronavirus a punto de expirar, tras un acuerdo entre las dos partes. Sin embargo, después de aceptar el acuerdo, sorpresivamente la ministra de salud de la Autoridad Palestina, Mai al-Kaila, rechazó el pacto. “Los equipos competentes del ministerio han comprobado que las vacunas que hemos recibido hoy de Israel no cumplen las especificaciones, por lo que el gobierno ha decidido devolverlas”, aseguró la funcionaria.
A su turno, el portavoz del gobierno palestino, Ibrahim Melhem, sostuvo que “tras examen por parte de los equipos técnicos del Ministerio de Salud del primer lote de vacunas Pfizer recibido esta noche desde Israel (...) hemos descubierto que no era conforme con las características del acuerdo. El gobierno rechaza recibir vacunas a punto de caducar”.
Más temprano, se había informado en un comunicado conjunto que “Israel firmó un acuerdo con la Autoridad Palestina y entregará un millón de dosis de vacunas Pfizer a punto de expirar y recibirá a cambio las dosis que la empresa Pfizer tenía que enviar a la Autoridad Palestina”.
La misiva firmada por la oficina del primer ministro y los ministerios israelíes de Defensa y Salud, resaltó que “Israel recibirá la misma cantidad de dosis de Pfizer [es decir, un millón] en los meses de septiembre/octubre de 2021 a cuenta de lo que estaba destinado a la Autoridad Palestina”.
El Ministerio de Salud palestino señaló por su parte que Pfizer impulsó el proyecto “para acelerar la campaña de vacunación”. “Este acuerdo pudo hacerse tras haber constatado que la reserva de vacunas que Israel tiene en su posesión responde a sus necesidades actuales”, explicó.
De esta forma, el primer ministro palestino, Mohamed Ishtaye, ordenó a Al-Kaila que informara a Israel de que el acuerdo quedaba cancelado y también a la farmacéutica Pfizer para que entregue el próximo cargamento pendiente a la ANP y no a Israel.
Según el Ministerio de Salud de la ANP, hasta esta semana 436.275 personas habían recibido al menos una dosis y unas 260.000 habían recibido ambas dosis, cifras que incluyen a los más de 100.000 trabajadores palestinos que Israel ha vacunado desde marzo, ya que entran en contacto regular con israelíes en sus lugares de trabajo.
Con una cifra muy baja de contagios y casi sin restricciones tras una veloz vacunación que redujo la morbilidad por COVID-19 al mínimo, levantó esta semana el uso obligatorio de mascarillas en espacios interiores, salvo excepciones concretas como vuelos de avión, instituciones de bienestar social o geriátricos.
Los israelíes ya no estaban obligados a cubrirse la boca en áreas abiertas desde mediados de abril, y la mayoría de limitaciones contra la propagación de la pandemia se levantaron después de que el país llevara a cabo un rápido proceso de inoculación por el que inmunizó a más de la mitad de su población en poco más de tres meses.
Ante ello, pese a que permanecía la obligatoriedad formal de llevar mascarilla en interior, su uso dentro de locales de ocio, bares, oficinas de trabajo, comercios o transporte público era ya poco usual.
Más de 5,1 millones de personas -de una población total de unos 9,3 millones- han sido vacunadas con ambas dosis, y también se comenzó a inocular recientemente a adolescentes de entre 12 y 15 años.
A partir del 1 de julio el país planea permitir el acceso de turistas vacunados que lleguen al país de forma individual. Israel ha registrado un total de 6.428 fallecidos por coronavirus desde el inicio de la pandemia y casi 840.000 infecciones.
Seguir leyendo: