Israel respondió a otro ataque de Hamas y lanzó misiles contra estructuras de la organización terrorista en Gaza

Por segundo día consecutivo, las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron un edificio en Beit Lahiya, en el norte de la franja

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Smoke and flames rise above
Smoke and flames rise above a building during Israeli air strikes, amid a flare-up of Israeli-Palestinian fighting, in Gaza City May 17, 2021. REUTERS/Mohammed Salem

El ejército de Israel respondió a otro ataque de militantes de Hamas, que el jueves por la noche volvieron a lanzar globos incendiarios en el norte de la Franja de Gaza.

Por lo menos ocho incendios fueron registrados en el sur de Israel el jueves por la noche, luego de los cuatro de la noche anterior, todos producto de los globos incendiarios desde el enclave palestino.

En un comunicado, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF por sus siglas en inglés) informó que “en respuesta a los globos incendiarios lanzados desde Gaza hacia Israel, atacamos complejos militares y un lugar de lanzamiento de cohetes perteneciente a Hamás en Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel han aumentado su preparación para diversos escenarios y seguirán atacando objetivos terroristas de Hamás en Gaza”.

Esta semana, el IDF atacó por aire objetivos militares de Hamás en la Franja de Gaza en represalia por el lanzamiento de globos incendiarios desde el enclave hacia el sur del país, lo que rompió 25 días de tregua desde la conflagración de mayo, aunque el movimiento islamista palestino optó por no responder para evitar una nueva escalada de tensión.

A field on fire is
A field on fire is seen after Palestinians in Gaza sent incendiary balloons over the border between Gaza and Israel, Near Nir Am June 15,2021. REUTERS/Amir Cohen

La operación de Israel se centró de manera muy precisa en instalaciones militares de las Brigadas al-Qassam, el brazo armado del movimiento islamista que gobierna de facto Gaza desde 2007, sin causar víctimas, según confirmaron tanto el Ejército israelí como fuentes de seguridad de Hamás.

Estamos preparados para cualquier escenario, incluida la reanudación de las hostilidades si continúan las actividades terroristas en la Franja de Gaza”, indicó el Ejército en un comunicado.

Activistas palestinos y simpatizantes de Hamás se habían manifestado en varias ciudades de la Franja y lanzaron globos incendiarios hacia la frontera con Israel, provocando una veintena de incendios menores, en señal de protesta por la celebración del “Desfile de las Banderas”, una marcha ultranacionalista israelí por Jerusalén, que pasó por la zona este ocupada y en la que se escucharon gritos de “Muerte al árabe”.

Aunque Hamás llamó a un Día de la Ira como muestra de repudio a la marcha, el evento transcurrió sin incidentes graves, aunque 33 palestinos en Jerusalén resultaron heridos leves al ser dispersados por la policía para evitar que una contraprotesta paralela al desfile encendiera la violencia. Además 17 palestinos fueron detenidos por arrojar piedras a los agentes.

A pesar de la celebración de la marcha -que cambió el recorrido para no atravesar la Puerta de Damasco, entrada al barrio musulmán de la Ciudad Vieja- y del ataque aéreo de Israel, Hamás no ha tomado acciones de represalia, como el lanzamiento de cohetes que sí emprendió el pasado 10 de mayo, coincidiendo con la convocatoria de ese mismo desfile, lo que desembocó en una escalda bélica de once días, la peor desde la guerra de 2014.

Los enfrentamientos terminaron el 21 de mayo gracias a una tregua “mutua, simultánea y sin condiciones”, mediada principalmente por Egipto -aunque Jordania, Qatar, la ONU o EEUU también influyeron- después de haber causado 255 muertos en la Franja y 13 en Israel.

Este nuevo episodio de tensión supone un desafío para el flamante gobierno liderado por el ultranacionalista religioso Naftali Benet, quien -con un discurso más pragmático y conciliador- asumió el cargo el pasado lunes, aunque no parece que su postura hacia Hamás sea muy distinta a la del Ejecutivo anterior Benjamin Netanyahu.

De hecho, el ministro de Defensa sigue siendo Benny Gantz, líder del partido de centro-derecha Azul y Blanco, que fue socio de gobierno de Netanyahu y que después se unió a la coalición del cambio por desavenencias con éste.

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