El Ministerio de Sanidad británico notificó este miércoles más de 9.000 nuevos casos de coronavirus, un balance diario que Reino Unido no alcanzaba desde el mes de febrero y que pone en guardia a unas autoridades que ya retrasaron la desescalada prevista de cara al verano.
En concreto, Reino Unido sumó 9.055 nuevos positivos, lo que eleva a 4.589.814 el total desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Al menos 127.926 enfermos perdieron la vida, nueve más que el martes, mientras sigue creciendo la tasa de ingresos hospitalarios.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, reconoció ante la Cámara de los Comunes que las hospitalizaciones aumentaron un 48% en la última semana, si bien matizó que en su mayoría se trata de personas menores de 50 años que no han completado la pauta de vacunación.
El Gobierno estima que más de 42 millones de personas recibieron al menos una dosis de la vacuna, mientras que 30 millones completaron la pauta, dentro de una campaña que se extiende ya hasta los veinteañeros y con la que se intenta hacer frente a la expansión de la variante india del virus.
El Ejecutivo de Boris Johnson retrasó al 19 de julio el final de la desescalada en Inglaterra, fecha a la que se ciñó este miércoles Hancock. “No necesitaremos más que estas cuatro semanas para concluir el trabajo”, comentó ante los diputados.
El ministro espera que ganar tiempo sirva también para evitar más muertes, si bien dejó claro que erradicar por completo el virus “no es posible” y que, llegada la fecha, Reino Unido deberá seguir conviviendo con él, aunque ya con un mayor porcentaje de la población inmunizada.
En aras de la protección, el Gobierno confirmó también que la vacunación será obligatoria en el caso de los trabajadores de residencias de mayores y no descarta que pueda serlo también para los funcionarios de la sanidad pública. Hancock explicó que se dio este paso después de un “cuidadoso” estudio: “Sabemos que la vacuna no solo te protege a ti, sino también a los que te rodean”.
Desde que fue identificada en diciembre de 2020, justo un año después del surgimiento del virus SARS-CoV-2 emergido en China, la variante Delta se expande el mundo, confirmando su supremacía y expansión.
Un ejemplo claro de ello, es que esta misma variante desplazó a otra, distinta de la cepa original. Esta variante Delta acapara ahora casi la totalidad de casos en Reino Unido, donde había surgido la variante Alpha. En su intervención ante una comisión parlamentaria de ayer, Matt Hancock confirmó que la variante Delta, que se originó por primera vez en la India, “ahora comprende el 91% de los nuevos casos en el Reino Unido”.
Unas 40.000 personas perdieron la vida al contagiarse en residencias de Inglaterra y, aunque la mayor parte de los trabajadores de estos centros ya están vacunados, se estima que podría haber más de 50.000 aún sin inmunizar, según la cadena de televisión Sky News.
(con información de EP)
SEGUIR LEYENDO: