Alexandr Lukashenko firmó este viernes un decreto que otorga más poderes al Consejo de Seguridad de Bielorrusia. La decisión se produjo en medio del creciente aislamiento internacional y de las sanciones impuestas tras las elecciones presidenciales de 2020, rechazadas por la comunidad internacional, y del desvío forzado de un avión comercial para detener al periodista disidente Roman Protasévich.
”El documento no solo renueva y actualiza las normas que regulan las actividades del Consejo de Seguridad, sino que está dirigido a incrementar su papel en la defensa de la independencia, integridad territorial, soberanía y el orden constitucional de Bielorrusia”, informó en un comunicado la Presidencia bielorrusa.
El Consejo de Seguridad también deberá velar por “la paz ciudadana y la concordia en el país, enfrentar al extremismo y combatir el terrorismo”. Distintos eufemismos con los que se busca darle mayores facultades a este organismo para reforzar la represión sobre la población.
Bielorrusia vive una profunda crisis política desde agosto de 2020, cuando fue reelegido Lukahsenko por amplio margen en unos comicios calificados de fraudulentos por la oposición y rechazados por la Unión Europea y Estados Unidos. Ante las masivas protestas pacíficas que sacudieron el país, el mandatario respondió con violencia policial, encarcelamientos, medidas restrictivas y leyes cada vez más severas contra la oposición.
El principal frente de trabajo del Consejo de Seguridad radicará en elevar propuestas al presidente bielorruso sobre asuntos de política exterior e interior con el fin de “garantizar la seguridad nacional y el cumplimiento de los intereses nacionales de Bielorrusia”. Además, el decreto establece que la principal función del Consejo de Seguridad radica en el apoyo informativo-analítico, legal y organizativo del dictador. La propuesta también establece la composición de este órgano y prevé que entre los miembros permanentes se incluyan el presidente del Comité de Control Estatal y el Fiscal General.
El pedido de la oposición a la Unión Europea
Por su parte, Svetlana Tijanóvskaya, líder opositora bielorrusa, consideró este viernes en Berlín que sería positivo que la UE acelerase y ampliase las sanciones contra el régimen de Lukashenko. En una rueda de prensa con motivo de la presentación de un documental sobre el movimiento democrático en su país, aseguró que “sería bueno si todo fuese más rápido y más decidido” para que sufran menos los presos políticos, entre los que se encuentra su marido, Serguéi Tijanovski.
En su opinión, son necesarias “sanciones rigurosas” contra individuos en puestos de responsabilidad del país, pero también “contra sectores” enteros como el poder judicial, que está imponiendo penas de cárcel injustificadas. Además, consideró que se deben aplicar sanciones a todas las personas implicadas en el fraude electoral del pasado agosto. Por otro lado, Tijanóvskaya pidió “apoyo” exterior a la sociedad civil de su país, a los medios independientes y a los familiares de los presos políticos encarcelados por el “régimen asesino” de Lukashenko.
La opositora, que aprovechó su visita a Berlín para reunirse con “representantes de los principales partidos políticos”, se encontraba en la capital alemana para la presentación en el festival internacional de cine de la Berlinale del documental Coraje. Arte y democracia en Bielorrusia, sobre la represión del movimiento prodemocrático.
El director del documental, Aliaksei Paluyan, de 31 años y residente en Berlín, aseguró que su país vive en “alerta roja” por la represión. Al menos 55 artistas han sido encarcelados en los últimos meses en Bielorrusia. ”Me resulta doloroso ver en estas películas cómo se golpea, mata y tortura a la gente”, reconoció Tijanóvskaya.
(Con información de EFE)
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