El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se comprometió este sábado a realizar un “reseteo” en las relaciones con el Reino Unido si este país cumple con los acuerdos del Brexit y especialmente con el protocolo sobre Irlanda del Norte.
Macron y el primer ministro británico, Boris Johnson, mantuvieron este sábado una reunión bilateral, al margen de la cumbre del G7, en la que abordaron el estado de las relaciones entre ambos países y con la Unión Europea (UE), deterioradas por las prórrogas unilaterales que el Reino Unido ha adoptado en la imposición de controles aduaneros en Irlanda del Norte.
En el curso de la conversación, el francés se declaró dispuesto a “resetear” el lazo con los británicos, señalaron fuentes del Elíseo.
Pese a ello, recordó a Johnson que ese nuevo comienzo estará supeditado a que “los británicos respeten la palabra dada a los europeos y el marco definido por los acuerdos del Brexit”, agregaron las fuentes.
París y Londres comparten, a juicio de Macron, una “visión común” de las grandes cuestiones globales y también de la política transatlántica, en particular sobre la necesidad de controlar los armamentos.
El problema de la aplicación del protocolo norirlandés se ha metido de lleno en la cumbre de las siete democracias más desarrolladas y es probable que Johnson se haya visto sometido a más presión en las reuniones bilaterales que celebró, además de la de Macron, con las autoridades comunitarias y con la canciller alemana, Angela Merkel.
En las últimas horas, las declaraciones han subido de tono. El ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, instó este sábado a la UE a no ser “terca” con la implementación de controles aduaneros entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y aseguró, en declaraciones a la BBC, que su Gobierno “no permitirá que se amenace la integridad del Reino Unido”.
El Ejecutivo británico quiere prorrogar unilateralmente la exención de controles a productos cárnicos procesados, que expira el 30 de junio, algo a lo que la UE se niega bajo la amenaza de sanciones que podrían desembocar en una guerra comercial.
Este sábado se desarrolla la segunda jornada de la cumbre del G7 que terminará el domingo. La misma presenta un tono marcadamente diplomático, con una defensa del multilateralismo y un repaso a las cuestiones de política internacional que destinará especial atención a China y Rusia. Las tendencias proteccionistas de algunos países frente a la pandemia y las tensiones en las cadenas de suministro, simbolizadas por la escasez mundial de semiconductores, también preocupan al G7.
Los líderes pretenden hacer valer sus “valores” como democracias liberales, aunque esto “por supuesto llevará a una confrontación con Rusia, pero también, en algunos aspectos, con China”, advirtió el viernes Merkel, antes de la apertura de la cumbre.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está impulsando un gran plan de infraestructuras en África y Asia para contrarrestar la iniciativa de China con las “nuevas rutas de la seda”, destinada a financiar grandes proyectos de infraestructuras para reforzar su influencia internacional.
Así lo afirmó este sábado un funcionario de alto rango del Gobierno estadounidense, quien apuntó que las medidas que se adopten en el G7 deben servir para posicionar a EE.UU. y sus aliados para competir mejor con Beijing.
En ese sentido, uno de los asuntos en los que la Administración de Biden está haciendo hincapié es en las infraestructuras.
(Con información de EFE)
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