Desde el martes 27 de abril se desconoce el paradero de Anna y Olivia, dos niñas de uno y seis años de edad que fueron secuestradas por su propio padre en la isla canaria de Tenerife (España) quien prometió a la madre de las menores que nunca los volvería a ver a él ni a sus hijas.
Han pasado más de 50 días desde entonces, y aún no está claro que pasó con las niñas. Los últimos descubrimientos de las autoridades sugieren que Tomás Antonio Gimeno, padre de las menores, pudo haberse suicidado junto con sus hijas, a quienes habría ahogado en el mar.
Gimeno, de 37 años, lleva tiempo separado de Beatriz Zimmerman, la madre de las niñas. El día en que desapareció estaba con sus hijas pasando la tarde, y se suponía que debía entregarlas por la noche a su madre, pero nunca lo hizo.
Por el contrario, la llamó esa noche para decirle que nunca más los volvería a ver a él ni a las niñas. Esas llamadas amenazantes continuaron a otros familiares, de quienes se despidió. Luego se quedó sin batería y no supieron más de él.
No era la primera vez que lo hacía. Esta vez, Beatriz informó a las autoridades de lo sucedido y contó que en diciembre pasado su ex pareja había hecho amenazas similares, diciendo que nunca volvería a ver a las niñas. En ese momento no le dio crédito a sus palabras ni avisó a las autoridades. Desde entonces, todo había estado en tensa calma.
De acuerdo con la policía, la última vez que se vio a Gimeno salía en una barca del Puerto Deportivo Marina de la Cruz en Tenerife, poco después de la medianoche.
Al día siguiente, su embarcación fue encontrada a la deriva cerca del puerto de Güímar, sin rastro del hombre o de sus dos hijas pequeñas.
Las imágenes de la cámara del puerto muestran a Gimeno llegar en su automóvil alrededor de las 23:30 y realizar varios viajes con bolsas y bultos desde el carro hasta el bote. Pero las cámaras ni el guardia de esa noche, que se tropezó con él, dan cuenta de la presencia de las niñas.
Pasada la medianoche, el hombre zarpó en su pequeño barco de recreo, que tiene unos seis metros de eslora y solo cuenta con un camarote.
Al día siguiente, cuando se encontró la embarcación a la deriva, la policía dijo que habían restos de sangre en el bote, pero no hallaron indicios de que fueran de las menores.
Esta semana las autoridades descubrieron un tanque de oxígeno de buceo que estaba atado a un edredón y que fue encontrado en el fondo del mar por el buque oceanográfico Ángeles Alvariño.
De acuerdo con la Guardia Civil, una de las posibilidades es que el hombre usara el tanque y la manta para hundirse con ellos hasta el fondo del mar. Ahora las autoridades buscan el ancla y el cinturón de ocho kilos de plomo que Gimeno llevaba en la lancha junto con el oxígeno y que podrían haberle servido para hundir también a sus hijas.
Los investigadores creen que con estos elementos Gimeno preparó lastres para él y sus hijas, y según una de las hipótesis que manejan, ubican el primer lastre con las niñas el día de la desaparición -27 de abril- entre las 9: y las 11:30 de la noche, período de tiempo en el que estuvo en su barco antes de volver al puerto.
Después haría más llamadas a la madre de Anna y Olivia, hasta que su teléfono se quedó sin batería y fue a una gasolinera para cargarlo. Luego regresó al puerto y zarpó en su barco. Entonces pudo haberse lanzado al mar con el cinturón de ocho kilos amarrado en el cuerpo, y al contacto con el agua, su celular se habría apagado definitivamente.
Hasta ahora esta es la hipótesis oficial, a falta de mayores datos y de poder encontrar los cuerpos de Gimeno o las menores. Una versión que Beatriz Zimmerman se niega a creer, sosteniendo que “todo es un teatro”.
Así lo dijo en un audio dado a conocer por medios españoles en donde la devastada mujer mantiene la esperanza de que sus hijas estén bien, de que su padre se las haya llevado lejos y que lo encontrado hasta el momento sean rastros dejados por él para despistar a las autoridades y poder escapar.
Según un portavoz de la familia, ellos están pidiendo a Tomás Gimeno que regrese a las niñas, porque “esto se podría resolver sin grandes daños”, en cartas y mensajes enviados a medios de comunicación con la esperanza de que el hombre pueda verlos.
Ellos piden a Gimeno que se comunique con la familia y que dé muestras de “dar un primer paso para cambiar todo lo que desató y quizá se ha perdido el control”.
Mientras, el caso sigue despertando intriga en España, donde esperan saber pronto qué pasó con Anna y Olivia y cuál será el desenlace de esta historia.
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