Dinamarca ampliará hasta la medianoche el horario de cierre de bares y restaurantes desde este viernes y, a partir del próximo lunes, eliminará el uso de mascarilla en interiores, salvo para el transporte, según un nuevo acuerdo para acelerar la desescalada en el país.
La mascarilla, que al igual que en el resto de los países nórdicos nunca ha sido obligatoria en exteriores, dejará de ser un requisito en supermercados, tiendas y centros comerciales y sólo se pedirá a pasajeros que vayan de pie en transporte colectivo, exigencia que desaparecerá el 1 de septiembre.
El uso de un pasaporte digital de COVID-19 que pruebe que se ha pasado la enfermedad, se ha recibido la vacuna o se ha dado negativo en un test las últimas 72 horas seguirá siendo un requisito para muchas actividades y no será eliminado completamente hasta el 1 de octubre, aunque irá desapareciendo antes de forma progresiva.
Desde el lunes no será necesario presentarlo para acceder a bibliotecas o participar en actividades de asociaciones.
Los bares y restaurantes podrán abrir hasta medianoche a partir de este viernes y la venta de alcohol estará permitida hasta esa hora, que se ampliará a las 2 de la madrugada el 15 de julio, además de reducirse las exigencias de espacio, lo que permitirá más clientes.
Las discotecas, que han estado cerradas toda la pandemia, reabrirán el 1 de septiembre sin otras restricciones que la presentación del pasaporte digital, solo durante el primer mes.
El máximo de personas en reuniones en interiores aumentará a 250 a partir de julio, aunque con excepciones, según un acuerdo cerrado entre el Gobierno socialdemócrata y ocho partidos más de todo el arco parlamentario que se estuvo negociando hasta esta madrugada.
Test y rastreo para esquivar la tercera ola
“El resultado de las negociaciones supone una notable apertura de nuestra sociedad, que incluye decirle adiós a las mascarillas en casi todos los sitios desde el lunes”, dijo el ministro de Sanidad, Magnus Heunicke, que habló de “fuerte control de la epidemia y bajo contagio” para justificar el levantamiento de restricciones.
Dinamarca es uno de los países menos afectados en Europa, con 2.521 fallecidos registrados por COVID-19 y una tasa de mortalidad de 43,33 por 100.000 habitantes.
Gracias a una masiva política de test gratuitos (es el país que más pruebas realiza de la Unión Europea), rastreo y secuenciación, Dinamarca ha logrado evitar hasta ahora la tercera ola, lo que le permitió iniciar la desescalada a principios de abril.
La tasa de reproducción del virus se sitúa en el 0,8 y el número de ingresados en hospitales por coronavirus era el miércoles de 122, la cifra más baja desde octubre.
(Con información de EFE)
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