La Unión Europea completó este lunes la aprobación del nuevo Fondo de Transición Justa, la herramienta con la que el bloque quiere impulsar la transición ecológica y paliar las consecuencias en aquellas regiones más dependientes de los combustibles fósiles a través de una dotación de 21.347 millones de dólares durante los próximos siete años.
Tras recibir el respaldo del Parlamento Europeo a mediados de mayo, los gobiernos de la UE han dado este lunes el último paso para su aprobación y ahora el reglamento debe ser publicado en el Diario Oficial del bloque para entrar en vigor al día siguiente.
El Fondo de Transición Justa contará con una dotación de casi 9.150 millones de dólares procedentes del presupuesto comunitario y de aproximadamente 12.200 millones a cargo del fondo europeo de recuperación.
El Fondo de Transición Justa es el primer pilar del Mecanismo de Transición Justa, un instrumento clave dentro del Pacto Verde con el que la UE quiere emprender la transición ecológica en su camino hacia una economía libre de emisiones de gases de efecto invernadero a mitad de siglo.
Los países de la UE también podrán recurrir a sus recursos para apoyar a pequeñas empresas, incubadoras de negocios, universidades y organismos públicos de investigación. De la misma forma, podrán financiar inversiones en nuevas tecnologías energéticas y proyectos para mejorar la eficiencia energética o para transitar hacia una movilidad sostenible.
El principio “esencial” de las ayudas de este fondo es ayudar a los trabajadores afectados por la transición verde a “adaptarse a nuevas oportunidades de empleo” a través de inversión en formación y reciclaje profesional, la asistencia en la búsqueda de un nuevo empleo y medidas de inclusión social, explicó en un comunicado el Consejo de la UE.
“El Fondo de Transición Justa proporcionará un apoyo muy necesario a las empresas y trabajadores a escala local, de modo que podamos luchar juntos contra el cambio climático sin dejar a nadie atrás”, resumió el ministro de Planificación de Portugal, país que ostenta hasta finales de este mes la presidencia de turno de la UE, Nelson de Souza.
Los Estados miembros tendrán la competencia para determinar cuáles son sus regiones más afectadas por la transición energética y concentrar en ellos las ayudas de este fondo, aunque deberán prestar “atención especial” a islas, zonas insulares y regiones ultraperiféricas.
En cualquier caso, no se podrán utilizar los recursos del Fondo de Transición Justa para subvencionar la incineración de residuos, el desmantelamiento o construcción de centrales nucleares o actividades relacionadas con productos del tabaco o los combustibles fósiles, explica la Eurocámara.
La normativa, no obstante, condiciona el desembolso de parte de las ayudas a la adopción de compromisos por parte de los socios del bloque para lograr la neutralidad climática en 2050. De lo contrario, los Estados miembros sólo tendrán derecho al 50% de su asignación.
Además, los países podrán transferir de forma voluntaria recursos de otros fondos de Cohesión para financiar las medidas relacionadas con la transición ecológica. La UE financiará un 85% del gasto de proyectos de regiones menos desarrolladas, el 70% en regiones en transición y la mitad en las regiones más desarrolladas de la UE.
(Con información de EP)
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