David Dushman, el último liberador con vida del campo de exterminio nazi de Auschwitz, murió en la madrugada del sábado en Múnich a los 98 años de edad, informó hoy el diario “Abendzeitung” (AZ) citando informaciones de círculos de la comunidad judía.
El 27 de enero de 1945, Dushman de tan solo 21 años, soldado soviético de origen judío, demolía con su tanque T-34 la valla electrificada que rodeaba el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.
“Cuando llegamos vimos la valla y estas personas desafortunadas, rompimos la valla con nuestros tanques. Dimos comida a los prisioneros y continuamos”, recordaba en su última entrevista Dushman. “Estaban de pie allí, todos ellos con uniformes de prisioneros, solo ojos, solo ojos, muy estrechos, eso era muy terrible, muy terrible. No sabíamos que Auschwitz existía”, testimoniaba a Reuters.
”Cada testigo que nos deja es una pérdida, pero la despedida de David Dushman es particularmente dolorosa” y “con él perdemos a un hombre valiente, honrado y sincero”, dijo la presidenta de la Comunidad Religiosa Israelí de Múnich y Alta Baviera (IKG), Charlotte Knobloch, en declaraciones a AZ al expresar su tristeza.
Recordó que Dushman “estaba en primera línea cuando la maquinaria asesina de los nacionalsocialistas fue aplastada en 1945”. Como “héroe de Auschwitz” formó parte de los liberadores del campo de concentración, ”salvó incontables vidas” y actualmente “era uno de los últimos que podía hablar de este acontecimiento desde la propia experiencia”, agregó.
Celebró su último cumpleaños hace pocas semanas y fue nombrado en esa ocasión miembro de honor de la IKG.
Los miembros de la junta de la IKG, que acordaron dar a Dushman la rara distinción en forma de membresía honoraria, también lo consideran como tal. El vicepresidente de IKG, Ariel Kligman, había sugerido el premio y llamó a Dushman un modelo a seguir para todos. Esta sentencia fue aprobada en su totalidad por los miembros de la junta. Knobloch habló de una “personalidad extraordinaria” que es considerada en gran estima por la comunidad judía.
David Dushman era amigo de Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI). Los dos hombres se conocieron y apreciaron a través del deporte de la esgrima, Bach fue campeón olímpico y David Dushman fue el exitoso entrenador de la selección rusa. En una tarjeta de felicitación por su cumpleaños número 95, el presidente del COI describió a Dushman como un “hombre de honor”.
Dushman y su familia también vivieron la marginación, la difamación y la exclusión en la antigua Unión Soviética por el hecho de ser judíos.
Su padre, médico, fue víctima de las purgas estalinistas y murió en un campo de trabajo en el norte del círculo polar ártico.
Dushman, distinguido por su valentía con decenas de medallas y condecoraciones de honor, comenzó una nueva vida tras la contienda mundial y entrenó durante casi cuarenta años, entre 1952 y 1988, a la selección nacional femenina de esgrima de la URSS, formó a deportistas de élite, además de producir a las mejores atletas femeninas que ganaron título mundiales y estuvieron bajo la lluvia de medallas en media docena de Juegos Olímpicos.
En su función de entrenador vivió de cerca en 1972 durante los Juegos Olímpicos de Múnich el secuestro de once deportistas israelíes por parte de un comando terrorista palestino que se saldó con 17 muertos.
Luego de que se abrieran las fronteras del Bloque del Este, Dushman se mudó a Austria por un corto tiempo antes de llegar a Múnich dónde vivió los últimos 25 años y acudía con frecuencia a escuelas en calidad de testigo de la guerra, una labor personalmente muy importante para él.
(con información de EFE)
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