La vida tiene situaciones irónicas que a veces rayan en la tragedia. Ese fue el caso de Chandan Nimje, un hombre de 67 años reconocido en su país, la India, uno de los lugares más afectados por el COVID-19 en el mundo, como un “guerrero corona” por haber participado en la cremación de más de 1.300 víctimas de la pandemia, pero que a la hora de salir contagiado y necesitar tratamiento médico no logró encontrar cama de hospital ni costear sus medicamentos,.
Para agregar elementos a esta historia insólita, Nimje se habría contagiado de coronavirus cuando fue junto con su esposa a recibir la primera dosis de la vacuna contra el virus pandémico,en la ciudad de Nagpur, estado de Maharashtra.
Poco después él, su esposa, sus dos hijos y su hermana mayor empezaron a presentar los primeros síntomas y al hacerse la prueba resultaros positivos.
La salud de Nimje empezó a empeorar durante la última semana de abril, por lo que su familia trató de internarlo en un hospital público pero les fue imposible conseguir una cama.
La familia desesperada logró ingresarlo en un hospital privado el pasado 5 de mayo pero no tenían dinero para pagar los tratamientos y medicamentos que necesitaba Nimje.
De acuerdo con la prensa local, en el hospital les pidieron conseguir un medicamento llamado Tocilizumab, el cual era muy costoso para la familia, así que recurrieron a la fundación de la que Nimje había sido voluntario.
“Nos acercamos a todos, no solo por ayuda financiera, sino también por una cama y medicinas, pero nadie respondió”, lamentó Arvind Rataudi, fundador de la ONG King Cobra Youth Force (KCYF), a la que Nimje se había inscrito para asistir a la población afectada por el coronavirus.
“Nadie ayudó a la persona que hizo todo lo posible por darles dignidad en la muerte a más de 1.300 ciudadanos”, agregó.
Rautaudi dijo que trataron de contactarse nuevamente con el gobierno o las autoridades locales para conseguir el costoso medicamento pero ninguno de sus esfuerzos tuvieron respuesta. Cuenta que fue otro voluntario de KCFY quien envió desde Delhi el medicamento “sin pedir dinero” a cambio.
Pero el estado de salud de Nimje ya era muy complicado y cada día se ponía peor. El pasado 26 de mayo falleció, ante la total indiferencia de los dirigentes que semanas antes de enfermar lo habían condecorado y destacado públicamente como un “guerrero corona”.
Para colmo, dice el fundador de la ONG, la respuesta de las autoridades para ofrecer las medicinas que necesitaba Nimje llegó en pleno funeral y unos ocho días después de su muerte, otros funcionarios contactaron llamaron para saber si había podido conseguir los fármacos.
Por esa actuación de “negligencia que llevó a su muerte prematura”, Rataudi dijo que demandaría a las autoridades locales ante la Corte de Bombay.
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