La única curva que sube y entusiasma. El fenómeno es gradual pero comienza a marcar un profundo cambio. Analizadas las primeras semanas de aperturas, los países de Europa están mostrando una buena recuperación de la actividad económica, aunque llevará tiempo lograr los niveles pre pandémicos.
Después de haber vivido 18 meses en casi continuamente negativo, el inicio de la normalización de la vida cotidiana está mostrando un repunte fuerte y repentino. Mayo terminó con el indicador de sentimiento económico de la Unión Europea (UE), que es una encuesta mensual de consumidores y empresas, con un saltó de cuatro puntos a 114,5 unidades, significativamente por encima de su promedio a largo plazo de 100 puntos. Este es su nivel más alto desde la crisis financiera de 2008, a excepción de algunos meses en 2017.
El horizonte es alentador. Vacunas cumpliendo con eficacia sus funciones y cierta prudencia por evitar aperturas apresuradas propician un clima para que la sostenibilidad de la recuperación y la salida de la crisis sea la luz nítida al final del túnel.
Las fotografías son una esperanza. Terrazas de bares y restaurantes que reabren en casi todo el continente, una final de la Champions League con 16.000 espectadores, pases verdes para el retorno de turistas europeos y suministros de vacunas garantizados. En esta situación, aunque con reparos, los expertos coinciden en que lo peor ha quedado atrás.
Todos los sectores muestran una mejora similar: servicios, construcción, actividad fabril, comercio y consumo. Aunque con matices, los datos son similares en cuanto a la reversión de la tendencia en todos los países. Para la Comisión Europea, se aguarda que el crecimiento alcance el 5,7% en Francia en 2021, el 5,9% en España, el 4,2% en Italia y el 3,4% en Alemania.
Para el bloque euro, la recuperación debería ser del 4,3% en 2021. Sin embargo, el crecimiento, deberá ser continuo para volver a la actividad anterior a la pandemia. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) adelanta que Estados Unidos acaba de regresar a ella, pero que tomará otros seis meses para Alemania, un año para Italia y los Países Bajos; 15 meses para Francia y los españoles quedarán rezagados ya que requerirán dos años.
Plan de Recuperación Europeo
La noche del lunes 31 de mayo, la Unión Europea recibió la aprobación de los 27 Estados miembros para iniciar el histórico proceso de emisión de deuda común. El objetivo es financiar su plan de recuperación para superar las consecuencias económicas de la pandemia.
Denominado “Next Generation UE”, esta plan es el pilar de la salida de una crisis comparable a los tiempos de posguerra. Antes de finalizar mayo, el Consejo Europeo anunció en un comunicado de prensa que “había recibido formalmente las notificaciones de aprobación de todos los Veintisiete, lo que permite a la Comisión tomar prestado el nombre de la UE en los mercados de capitales”.
Para un país como Italia, fuertemente endeudado y con un escaso margen de maniobra, la ayuda es crucial. En total, el gobierno de Mario Draghi prevé sumar 235.000 millones de euros, el equivalente al 14% de su PBI, de los cuales 85.000 millones proceden de transferencias de la UE a su plan de recuperación.
El gobierno galo, en tanto, ha solicitado a Europa ayuda por 40.900 millones de euros en subvenciones a fondo perdido y no tiene previsto recurrir a los créditos que también contempla el Plan de Recuperación europeo.
Para el Ejecutivo español, desde la Moncloa, con la luz verde está más cerca el momento en el que se dará salida a una parte de los 140.000 millones de euros que conforman el Fondo Europeo de Recuperación asignado a España. Casi la mitad, 72.700 millones de euros, serán subvenciones a fondo perdido para empresas con proyectos capaces de impulsar la transformación del país.
El dinero finalmente podrá llegar a las arcas de los Estados miembros. Digitalización de la economía, transición ecológica, pero también simplificación administrativa y reforma del sistema judicial, los planes que presentaron cada país para justificar tamaña emisión.
Queda por ver la implementación real de este plan, sabiendo que varios países han fallado varias veces a la hora de gastar fondos de ayuda. Pero, al menos a corto plazo, los estados europeos individuales y la UE continuarán apoyando activamente las economías.
Una crisis que se despeja rápido
Tras el pánico bursátil provocado por la pandemia del coronavirus, una situación con pocos precedentes, la calma vuelve a los mercados, tranquilizados por la rápida y masiva intervención de los bancos centrales.
A lo largo de los meses, las perspectivas económicas han mejorado a pesar de las nuevas olas epidémicas. Sin embargo, desde el primer confinamiento, en 2020, las multinacionales acumulan pérdidas significativas: a finales de junio no habían generado en los principales mercados ganancias, con caídas de la actividad del 20%.
Alguno de los ejemplos de recuperación son significativos. En Francia, por primera vez desde septiembre de 2000, y sólo por segunda vez en su historia, el índice insignia de la Bolsa de Valores de París (CAC 40) ha cruzado el umbral simbólico de los 6.500 puntos, impulsado por la recuperación económica mundial.
En pocos meses, este índice ha borrado las huellas de la crisis del COVID para volver a sus niveles históricos más altos. Desde principios de año, se ha disparado alrededor de un 17%, uno de los mejores resultados de las principales bolsas de valores mundiales. Está en camino de registrar su cuarto mes consecutivo de aumento el lunes.
Un primer trimestre histórico
A medida que la temporada de resultados llega a su fin en ambos lados del Atlántico, el récord sorprende. La velocidad de la recuperación era impensada por los analistas, que se mostraron demasiado pesimistas a principios de año. Desde entonces, estos últimos han actualizado sus previsiones a un creciente positivo. Ahora esperan que las ganancias superen su nivel de 2019 este año en ambos lados del Atlántico.
Las buenas noticias comenzaron con los informes de los grandes bancos como JPMorgan y Goldman Sachs en Estados Unidos, o Deutsche Bank y BNP Paribas en Europa. Todos superaron las expectativas, gracias al repunte de los mercados a principios de año y al alza de los tipos de interés. El sector bancario en su conjunto ha brillado a lo largo de la temporada, superando el consenso en 9 de cada 10 casos.
Casi todos los sectores lo han hecho mejor de lo esperado, a excepción del negocio inmobiliaria y el turismo, todavía sumidos en la crisis, como los alemanes TUI y Lufthansa. Más allá del sector bancario, las buenas sorpresas vinieron en particular del sector del lujo y del automóvil, con Continental, Daimler y Stellantis, a pesar de la ralentización de la producción vinculada a la escasez de semiconductores.
La explicación
Vacunas y reanudación de la circulación en las fronteras. Es la respuesta, en especial las vinculadas a las consecuencias directas de los planes de inmunización. En ese sentido, tras un comienzo caótico y dos meses por detrás de Estados Unidos y el Reino Unido, los países de la UE han puesto en marcha programas eficaces. Hasta el domingo 30 de mayo, 245 millones de europeos habían recibido al menos una dosis, o el 46% de la población adulta.
No obstante, la recuperación dependerá en gran medida del ritmo de apertura de las fronteras, en especial en el sur de Europa, tan vinculados al éxito de la temporada de verano.
Otro punto crucial, es la puesta en marcha del pase verde, pasaporte anti covid que desde hoy se está probando en siete países comunitarios. Francia, España y Grecia, por ejemplo, ya son parte de esta iniciativa, para homologar sistemas y que el 1 de julio sea un criterio único de entrada y salida entre los miembros.
Este pase debe proporcionar prueba de vacunación y una prueba de COVID-19 negativa, lo que permite viajar sin cuarentena. La temporada turística de verano debería poder tener lugar, no a toda velocidad, y sin que traiga después otro otoño como el de 2020 con un reinicio de la pandemia.
Finalmente, está el gran acuerdo político y económico. La elección de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos ha acelerado un movimiento para buscar quienes paguen la crisis. Nunca los grandes países han estado tan cerca de acordar una tasa mínima mundial de impuesto de sociedades.
El tema será el programa de la reunión de ministros de Finanzas del G7 en junio en Londres. Un estudio publicado este martes da una estimación del apoyo que la Unión Europea podría tener para recuperarse si tal acuerdo fuera alcanzado.
“Dependiendo de los escenarios y del tipo utilizado, los ingresos fiscales de la UE vinculados a este impuesto podrían pasar del 13% al 50%”, resume Gabriel Zucman, economista de la Universidad de Berkeley, en California y director del Observatorio Europeo de Derecho Tributario. en el origen del estudio.
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