El líder del partido religioso israelí Yamina, Naftali Bennett, anunció este domingo un acuerdo para negociar la formación de un gobierno de coalición que incluye al partido centrista Yesh Atid y que tiene como principal objetivo desplazar del poder al primer ministro saliente, Benjamin Netanyahu, del partido conservador Likud.
“Haré todo lo posible para formar un gobierno de unidad con mi amigo Yair Lapid” para poner fin al gobierno de Netanyahu, el más largo de la historia del Estado de Israel, declaró Bennett, tras reunirse con su partido, Yamina.
Tras las declaraciones de Bennett, Netanyahu, quien ha estado en el cargo durante 12 años consecutivos después de un mandato anterior de tres años, arremetió contra el plan, afirmando que una coalición de oposición sería un “peligro para la seguridad” de Israel.
Israel ha celebrado cuatro elecciones legislativas en menos de dos años, ninguna de las cuales logró separar a Netanyahu de sus rivales ni resultó en un gobierno estable.
Tras las últimas elecciones, en marzo, el presidente israelí Reuven Rivlin dio a Netanyahu, cuyo partido Likud (derecha) terminó en primera posición, el mandato de formar un gobierno.
Pero el primer ministro saliente no consiguió reunir los 61 diputados necesarios, de los 120 de la cámara, para formar gobierno.
El centrista Lapid fue encargado entonces de formar un gobierno de unidad que reúna la izquierda, el centro y la derecha, en un plazo que vence el miércoles 2 de junio a las 23H59 locales (20H59 GMT), de lo contrario se corre el riesgo de ir a una nueva elección.
“Serían las quintas elecciones o un gobierno de unión”, declaró el domingo Bennett, quien dijo que no era “posible” por el momento formar un gobierno de derecha “bajo la autoridad de Netanyahu”.
Lapid, de 57 años, está buscando una alianza diversa que los medios israelíes denominaron un bloque para el “cambio”, que incluiría a Bennett ya legisladores árabe-israelíes.
En su determinación de derrocar al primer ministro de línea dura, Lapid se ha ofrecido a compartir el poder y dejar que Bennett, de 49 años, sirva el primer mandato en un cargo de primer ministro rotativo.
El religioso-nacionalista Yamina ganó siete escaños en las elecciones del 23 de marzo, pero un miembro se ha negado a unirse a una coalición anti-Netanyahu.
El domingo anterior había tratado de aferrarse al poder ofreciendo su propio y último acuerdo de reparto de poder a varios ex aliados, incluido Bennett.
Advirtió que, de lo contrario, Israel sería gobernado por una peligrosa alianza de “izquierda”.
Cómo sería la coalición
Un gobierno Lapid también incluiría al partido centrista Azul y Blanco de Benny Gantz y al partido de línea dura Nueva Esperanza del ex aliado de Netanyahu, Gideon Saar.
El partido Yisrael Beitenu de Avigdor Lieberman, así como el laborista históricamente poderoso y el pacifista partido Meretz también se unirían.
El inestable arreglo necesitaría el respaldo de algunos legisladores árabe-israelíes de ascendencia palestina para aprobar una votación de confirmación en el parlamento.
Las intensas conversaciones siguen a semanas de intensas tensiones entre Israel y los palestinos, incluido un intercambio mortal de cohetes desde Gaza durante 11 días y ataques aéreos israelíes.
La guerra con Hamas que terminó con una tregua el 21 de mayo, así como la violencia en la Cisjordania y en ciudades mixtas judío-árabes en Israel, inicialmente pareció dejar a Netanyahu con más probabilidades de aferrarse al poder.
El partido Likud de Netanyahu ganó 30 escaños en las elecciones de marzo, pero no logró formar una coalición de gobierno después de que sus socios de extrema derecha se negaran a sentarse con las facciones árabes o recibir su apoyo.
Netanyahu había presionado previamente para que se hicieran otras elecciones, la quinta de Israel en poco más de dos años.
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