La Cúpula de Hierro, conocida también por su nombre en inglés “Iron Dome”, es el sistema de defensa antimisiles responsable de salvar miles de vidas en territorio israelí durante el último conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamas, que culminó la semana pasada con un alto el fuego entre las partes. Doron Gavish, uno de sus creadores, dijo que la primera presentación que hizo del sofisticado escudo fue en 2011.
“Un poco más de un año antes de la primera interceptación de un misil, comenzamos este viaje con la Cúpula organizando la fuerza, los procedimientos, las doctrinas, la forma de luchar; entrenando física y mentalmente a nuestra gente. Y construimos el concepto, el concepto correcto para combatir”, dice Gavish en una entrevista en el marco del foro Innovation Experience.
Gavish dice que por lo complejo del conflicto israelí, donde el país está expuesto a recibir misiles y proyectiles de todos lados, crear la Cúpula de Hierro era como pensar en el invento de la rueda.
“Inventar la rueda significa tomar decisiones lógicas sobre cómo funcionará el sistema, cuál sería el concepto tecnológico del mismo, cuál sería la forma de desarrollarlo, y luego las personas que teníamos que entrenar, que formar, cómo lo hacemos. Por lo tanto, había muchas cosas que teníamos que abordar para inventar la rueda, y para ver si estaba funcionando”, dice.
Gavish está sorprendido por cómo la tecnología del sistema de defensa fue avanzado con los años, cómo fueron cambiando las cosas luego de aquel el primer prototipo que interceptó unos 100 misiles.
“Hoy está todo mucho más conectado, la Defensa, la tecnología, la combinación de ambas, la alerta a los civiles. Así que la doctrina es mucho más completa, abarcativa, si lo comparas con el pasado”, dice. Y agrega: “Los combatientes mismos tienen muchísima más experiencia, desafortunadamente. Ha habido miles de interceptaciones, miles hasta ahora. Por lo tanto los soldados están ahí, muy experimentados y entrenados, y también la tecnología en sí”.
Gavish explica que una de las ventajas que tiene Israel es que, dado que tiene enemigos que siempre están al acecho, la industria militar puede probar los armamentos o sistemas de defensa que crea y de esa forma ir corrigiendo y perfeccionando estos.
“Hay tres pilares: la Fuerza Aérea israelí, la industria y el ministerio de Defensa, que están trabajando todo el tiempo en conjunto con el fin de llevar a nuestras fuerzas hasta el punto en el que están ahora en cuanto a la tecnología. Y si miramos para atrás, uno de los elementos para considerar que la operación es un éxito es la frecuencia de interceptación. Y en esta última campaña la tasa de interceptación fue del 90%, que significa que si ellos lanzaban mil misiles, 900 fueron interceptados en el aire. Y esto no era así en el pasado, eran muchos menos”, dice.
Gavish reconoce que hay muchos detalles que no puede contar sobre la tecnología de la Cúpula de Hierro, ya que es información clasificada. Sin embargo, dice que hubo muchos desafíos en el camino. Por ejemplo, cuántos misiles podían interceptar al mismo tiempo.
“Ya sabemos que uno de los otros retos más interesantes está relacionado con que una de las primeras preguntas que nos hicimos fue: ¿qué es una interceptación?, ¿cómo se define? Porque si nos remontamos a 1991, durante la Guerra del Golfo desafortunadamente hubo muchos impactos en Israel, y en esos días estábamos operando con un sistema de misiles Patriot, junto con la fuerza de los Estados Unidos, y una de las preguntas que nos formulamos era esa, ¿qué es una interceptación?”, dice.
Gavish cuenta que uno de los mayores retos fue encontrar la forma de que los misil interceptados no cayeran en otra ciudad o población, aunque algunos consideraban que si no caía en el territorio al que proyectil estaba dirigido la operación era exitosa. Sin embargo, para él y su equipo esta no era un opción, lo veían como un fracaso. El gran objetivo era encontrar la forma de destruir la ojiva que está en el misil mientras estaba en el aire.
“Así que tuvimos que esforzarnos mucho para que esto sucediera. Pusimos cámaras para garantizarnos que nuestro sistema nos esté diciendo lo que queríamos saber, y así comprobar si estamos logrando lo que queríamos. Íbamos al lugar de la caída, para asegurarnos de que lo que estaba en el suelo era la ojiva, y recién ahí estábamos seguros como para decir que era un éxito. Pero al comienzo esto no era posible, al principio lo teníamos que comprobar in situ, manualmente. Otro reto fue definir hacia dónde se dispara el misil para que caiga en lugares abiertos y no haya daño a civiles. Había que definir muchos parámetros, y estos fueron algunos, solo algunos de los retos tecnológicos: dónde le disparo, dónde dejo que caiga”, explica.
Gavin dice que muchas personas no creyeron en la idea, pensaba que no iba tener éxito. Creían que era algo loco, fuera de lo normal, como disparar una bala e interceptarla con otra en el aire. Simplemente era algo que no podía pasar. Pero la confianza estaba, y él y su equipo sabían que sí se podía, que la tecnología podía tener éxito. También hubo mucha gente que colaboró desde el comienzo pero necesitaban de un empujón de alguien con poder para poder trabajar con todos los recursos necesarios.
“La decisión era política, y todo el mérito se lo lleva Amir Peretz, quien en ese momento era nuestro ministro de Defensa. Había muchas personas contra el sistema pero él fue quien presionó para conseguir el dinero a fin de desarrollarlo. Ahora, cuando hay un éxito todos son parte de eso, pero en el comienzo no fue tan fácil”, dice.
Doron Gavish
Nacido en noviembre de 1963, es un general de brigada en la reserva de las Fuerzas de Defensa de Israel. Gavish se desempeñó como comandante del sistema de defensa aérea del país. Gavish se alistó en las FDI en julio de 1983 e hizo todo su servicio militar en la Fuerza Aérea. En 1990, fue enviado a Estados Unidos como parte de la primera delegación en recibir el sistema Patriot, luego de que el presidente Bush donara dos baterías a Israel. Al comienzo de la Guerra del Golfo, regresó a Israel y se desempeñó en el cuartel general de la Fuerza Aérea como oficial en la Patrulla y entrenamiento del sistema Patriot. Dirigió una unidad de misiles antiaéreos, se desempeñó como jefe de la División de Torá y Entrenamiento en el Cuartel General de la Fuerza Aérea y estuvo al mando del departamento de oficiales en la Escuela de la Fuerza Aérea.
En la Segunda Guerra del Líbano, estuvo al mando del Centro de Paquetes en 2006 hasta 2008 y estuvo al frente de la Escuela de Defensa Aérea. En agosto de 2009 fue nombrado comandante de un puesto de defensa aérea que ocupó hasta octubre de 2012. Durante su mandato se aplicó una reestructuración y fue nombrado un objetivo de defensa aérea aplicado a los tradicionales aumentados por las funciones de misiles interceptores y cohetes, advertencia de detección y responsabilidad de cooperar con los Estados Unidos en lo que respecta a los misiles de protección.
Se estableció además una nueva estructura organizativa de dos alas de misión para la matriz: un ala de defensa activa y una defensa del cielo de la tierra que reemplazó a las leyendas anteriores que operaban espacialmente. La matriz absorbió el sistema Cúpula de Hierro, que se puso en funcionamiento, y los primeros cohetes disparados desde la Franja de Gaza fueron interceptados.
La Cúpula de Hierro
El asombroso escudo protector, llamado Kipat Barzel en hebreo, es un sistema móvil de defensa aérea para todo clima, desarrollado por Rafael Advanced Defense Systems e Israel Aerospace Industries, con la ayuda de los Estados Unidos. Está diseñado para interceptar y destruir cohetes de corto alcance y proyectiles de artillería disparados desde distancias de entre 4 y 70 kilómetros, y cuya trayectoria los llevaría a un área poblada por Israel.
La Cúpula de Hierro se declaró operativa y se desplegó inicialmente el 27 de marzo de 2011 cerca de la ciudad de Beersheba, en el sur del país. El 7 de abril de 2011, el sistema interceptó con éxito un BM-21 Grad lanzado desde Gaza por primera vez. El 10 de marzo de 2012, The Jerusalem Post informó que el sistema derribó el 90% de los cohetes lanzados desde Gaza que habrían caído en áreas pobladas. A fines de 2012, Israel dijo que esperaba aumentar el alcance de las intercepciones, de un máximo de 70 kilómetros a 250 kilómetros, y hacerlo más versátil, para que pudiera interceptar cohetes provenientes de dos direcciones simultáneamente.
Esa capacidad de defensa se vio en el conflicto actual en la que La Cúpula de Hierro rastreó y destruyó a más del 90% de los proyectiles.
SEGUIR LEYENDO: