Australia se encuentra viviendo una plaga de ratones de proporciones apocalípticas que podría extenderse hasta por dos años si no se toman medidas urgentes y extremas para exterminar millones de roedores que plagan las granjas del país.
Así lo sostiene una asociación de agricultores llamada NSW Farmers, cuyo vicepresidente Xavier Martín, declaró recientemente en medios locales que los productores se han visto forzados a abandonar los potreros, las granjas y los campos de cultivo por temor a que los ratones se coman toda la cosecha antes de ellos poder extraerla.
“Sin un esfuerzo concertado de cebo en las próximas semanas esto podría convertirse fácilmente en un evento de plaga de dos años”', advirtió Martin después de que el gobierno australiano anunciara que estaba listo para distribuir uno de los venenos más mortíferos del mundo de forma gratuita, tan pronto como los estados lo aprobaran.
El químico, llamado bromadiolona, es un anticoagulante que hace que los animales mueran desangrados, y resulta polémico por los efectos que su uso masivo podría tener en el medio ambiente en general.
Pero para Martin y otros expertos en plagas estas medidas podrían llegar demasiado tarde y no ser suficientes, ya que la avalancha de ratones pronto podría extenderse del campo a las ciudades.
En declaraciones al Daily Telegraph, el cazador de plagas Dieter Mafra advirtió que es probable que los ratones logren llegar incluso a Sidney, viajando en “autostop”, es decir, camuflados en camiones de comida u otros vehículos de carga.
A medida que se acerca el invierno, es probable que los ratones busquen refugio en las casas de las personas, lo que significa que las escenas reportadas en el campo, como los ratones que muerden a las personas en la cama, pronto podrían verse en los centros urbanos.
“Ellos viajarán a Sydney, yo diría que en agosto”, dijo Mafra.
Australia sufre de plagas periódicas de ratones que generalmente afectan a las regiones agrícolas productoras de granos y tienden a ir en ciclos de diez años.
2020 fue un año de crecimiento particularmente bueno después de que las fuertes lluvias pusieron fin a dos años de sequía y crearon condiciones de crecimiento fértiles.
Al final de la temporada, esto produjo que los agricultores tuvieran grandes cantidades de alimentos para almacenar, que guardaron en silos y cobertizos, y que rápidamente se convirtieron en caldo de cultivo para los ratones.
Lo que comenzó en Nueva Gales del Sur se ha extendido desde entonces a Queensland y Australia del Sur, y no muestra signos de desaceleración.
Un mapa creado por la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth muestra cómo los avistamientos han aumentado y se han extendido en los últimos meses a medida que los ratones se mueven desde el interior rural a más cerca de la costa.
Los ratones ya han causado daños por millones de dólares en hogares y medios de vida, y el gobierno de Nueva Gales del Sur anunció un paquete de asistencia de 50 millones de dólares para ayudar a aquellos cuyos negocios se vean afectados.
Pero Martin advirtió que el dinero, junto con el veneno mortal, podría terminar siendo demasiado poco y demasiado tarde.
“El paquete de asistencia del gobierno estatal es impráctico, disfuncional y faltan semanas, lo que no ayuda a los agricultores que necesitan apoyo en este momento a reducir el número de ratones y romper este horrible ciclo implacable”, dijo el miércoles.
“Después de más de ocho meses de luchar contra el creciente número de ratones, los agricultores todavía están esperando la ayuda del gobierno estatal para comenzar y ofrecer algún apoyo práctico a nuestra comunidad agrícola”, agregó Martin.
Los agricultores de NSW dicen que la forma más sencilla, segura y oportuna para que el gobierno ayude a los agricultores es ofrecer reembolsos de hasta 25 mil dólares por negocio agrícola para cubrir el 50% del costo del cebo de fosfuro de zinc.
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