Los líderes de la Unión Europea aprobaron este lunes nuevas sanciones a Bielorrusia, tras el aterrizaje forzoso del vuelo de Ryanair al aeropuerto de Minsk en el que viajaba el periodista Román Protasevich y pidieron su “liberación inmediata”, tras su arresto de ayer.
En concreto, acordaron prohibir el espacio aéreo comunitario a las compañías de Bielorrusia, así como prohibirles aterrizar en aeropuertos de la UE y pidieron a las compañías europeas que eviten sobrevolar sobre ese país.
También se comprometieron a ampliar la lista de sanciones a Bielorrusia, que actualmente contiene a 88 personas y 77 entidades, entre ellas a presidente Alexander Lukashenko.
En la primera jornada de una Cumbre del Consejo Europeo en Bruselas, los líderes pidieron asimismo “la liberación inmediata” de Protasévich y su novia, Sofia Sapega, y que “su libertad de movimientos sea garantizada”, de acuerdo con un portavoz de la institución.
Más temprano, la presidenta de la Comisión Europa, Úrsula Von der Leyen, calificó de “altamente inaceptable” el secuestro del avión, adelantando “una reacción muy fuerte”.
La presidenta de la Comisión Europea también dijo que lunes que Bruselas mantiene congelados 3.000 millones de euros en inversiones a Bielorrusia “hasta que (el país) sea democrático”.
“Hay un paquete económico y de inversión de 3.000 millones de euros listo para desembolsar. Está congelado hasta que Bielorrusia sea democrático”, dijo Von der Leyen a su llegada a la cumbre europea de este lunes.
“Pondremos presión sobre el régimen hasta que respete finalmente la libertad de prensa y la libertad de opinión”, dijo la jefa del Ejecutivo comunitario.
Horas antes de que se iniciara la cumbre, el Servicio Europeo de Acción Exterior convocó al embajador de Bielorrusia ante la UE para trasladarle su rechazo a lo acontecido y pedir la inmediata liberación del periodista.
En medio de las fuertes presiones internacionales, Bielorrusia, una antigua república soviética, situada entre Rusia y la UE y dirigida desde 1994 por Alexander Lukashenko, rechazó las críticas y aseguró haber actuado de forma legal, prometiendo una “absoluta transparencia”.
Bielorrusia recibió el apoyo de su principal aliado, Rusia, cuyo ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, consideró que Minsk había actuado de forma “razonable” al prometer una “transparencia total”.
El vuelo de Ryanair procedente de Atenas y con destino a Vilna, la capital de Lituania, fue forzado a aterrizar el domingo cuando se hallaba en el espacio aéreo bielorruso, por una supuesta amenaza de bomba que resultó ser falsa.
Bielorrusia afirmó incluso este lunes haber recibido una amenaza de “bomba” en este vuelo de Ryanair, firmada por Hamás, según un email atribuido a este movimiento islamista palestino y leído por un responsable del ministerio bielorruso de Transportes.
Escoltado por un avión de combate bielorruso, el aparato aterrizó en la capital, Minsk, donde Protasévich, de 26 años -quien vivía entre dos Estados de la Unión Europea, Polonia y Lituania-, fue detenido junto con su pareja, Sofia Sapega.
Minsk aseguró el lunes haber informado a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo dependiente de la ONU, y a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), de su “disposición a cooperar en una investigación imparcial”.
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