El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, firmó hoy una ley que prohíbe a la prensa informar en directo sobre las protestas opositoras no autorizadas por el régimen.
”Se prohíbe la cobertura en tiempo real de las manifestaciones que violen el orden establecido, con fines de difusión o propaganda. Esta prohibición se extenderá a los periodistas”, informó el canal de Telegram asociado al servicio de prensa del mandatario.
La norma excluye informar sobre las solicitudes de organización de manifestaciones, pero recalca que cualquier “actividad masiva” deberá realizarse únicamente con el permiso de las autoridades locales.
Además, estableció que los periodistas no podrán “actuar como organizadores o participantes en eventos masivos” y a la vez ejercer su profesión.
En particular, se prohíbe la difusión de encuestas de opinión pública sobre temas sociopolíticos “realizados sin la debida acreditación” y la difusión de enlaces a páginas web con “información prohibida”.
El fiscal general y los fiscales regionales tendrán derecho a bloquear las páginas web que contengan “propaganda de actividades extremistas o llamados a realizar este tipo de actividad”, como califican las autoridades bielorrusas a las protestas opositoras.
La ley también prevé el retiro de credenciales a periodistas que difundan estas informaciones o trabajen en medios que hayan informado sobre las protestas.
Tras las manifestaciones opositoras que se desataron después de las elecciones presidenciales de agosto pasado, en las que fue declarado vencedor Lukashenko con un 81 % de los votos a su favor y calificadas de fraudulentas por la oposición, Bielorrusia fue escenario de multitudinarias protestas pacíficas.
Las autoridades bielorrusas reprimieron violentamente estas manifestaciones y, en particular, se dedicaron a limitar el trabajo de los periodistas.
Cientos de periodistas fueron detenidos y casi una veintena se encuentran en prisión desde el estallido de las protestas en la antigua república soviética, motivo por el que fueron catalogados como el lugar de Europa más peligroso para la prensa por Reporteros sin Fronteras.
Este domingo, la cruzada de Lukashenko contra la prensa marcó un nuevo hito al obligar a un avión a aterrizar en Minsk con el fin de detener al periodista y disidente Román Protasévich.
El incidente, que algunos dirigentes de la UE calificaron de secuestro, se produjo cuando el avión de la compañía Ryanair con pasajeros que volaba de Atenas a Lituania fue desviado repentinamente a Minsk, la capital de Bielorrusia, escoltado allí por un avión de combate MiG-29 de la era soviética. Al aterrizar, las autoridades detuvieron al periodista.
Protasevich tenía la cabeza entre las manos y temblaba cuando se dio cuenta de que el vuelo se dirigía a Minsk, según indicó un pasajero al medio de comunicación lituano Delfi. Más tarde, mientras se lo llevaban, según este medio, comentó: “Aquí me van a condenar a muerte”. Reuters no pudo verificar esta información.
El periodista, de 26 años, trabajaba para el servicio de noticias online NEXTA, con sede en Polonia, que difundió el año pasado imágenes de las protestas multitudinarias contra el presidente bielorruso Alexander Lukashenko a través de la aplicación de mensajería Telegram, en un momento en el que era difícil que los medios de comunicación extranjeros lo hicieran.
Los datos del sitio web flightradar24.com mostraban que el avión fue desviado solo dos minutos antes de que tuviera que cruzar el espacio aéreo lituano. Tras siete horas en tierra, el avión despegó y finalmente aterrizó en Vilna, donde la primera ministra lituana, Ingrida Simonyte, esperaba para recibir a los pasajeros.
(Con información de EFE y Reuters)
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