La UE y Reino Unido advirtieron al dictador Lukashenko que habrá graves consecuencias por forzar el aterrizaje de un avión en Minsk para detener a un periodista opositor

El régimen falseo una amenaza de bomba para desviar un vuelo comercial y así arrestar a Roman Protasevich, reportero clave en la cobertura de las protestas que siguieron a la fraudulenta reelección del bielorruso

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 El dictador Alexander Lukashenko
El dictador Alexander Lukashenko

El Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, condenó la “inadmisible” decisión del Gobierno bielorruso de forzar el aterrizaje en Minisk de un vuelo entre Atenas y Vilna para detener a un periodista bielorruso.

“Seguimos atentamente lo que ha pasado con el vuelo de Ryanair entre Atenas y Vilna, forzado a aterrizar en Minsk por una supuesta amenaza de seguridad. Es absolutamente inadmisible”, publicó Borrell en Twitter.

Borrell advirtió de que consideran al Gobierno bielorruso “responsable de la seguridad de todos los pasajeros del avión”. “TODOS los pasajeros deben poder continuar con su viaje de inmediato”, concluyó.

El avión realizó un aterrizaje de emergencia en Minsk tras una supuesta amenaza de bomba, lo que permitió la detención del periodista Roman Protasevich, uno de los fundadores del canal de Telegram Nexta, que jugó un papel clave en la coordinación de las protestas que siguieron a la reelección del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, denunció la oposición.

El bloguero y activista de la oposición Roman Protasevich, acusado de participar en una protesta no autorizada en la reserva de Kuropaty, llega a una audiencia judicial en Minsk, Bielorrusia, el 10 de abril de 2017. REUTERS/Stringer
El bloguero y activista de la oposición Roman Protasevich, acusado de participar en una protesta no autorizada en la reserva de Kuropaty, llega a una audiencia judicial en Minsk, Bielorrusia, el 10 de abril de 2017. REUTERS/Stringer

“Roman Protasevich ha sido detenido. Estaba en un vuelo de Ryanair de Atenas a Vilna. El avión realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Minsk”, publicó en la red social Telegram el centro pro derechos humanos Viasna.

Por su parte, el canal Nexta Live acusó a los partidarios de Lukashenko del “secuestro” del avión, para arrestar a Protasevich. “Le espera la pena de muerte en Bielorrusa”, según Nexta Live.

La oficina de la líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanovskaya, aseguró que un avión de combate MiG-29 escoltó al avión hasta el aeropuerto de Minsk. Además, asegura que cuando recibió el aviso de bomba estaba muy cerca de la frontera con Lituania y que el aeropuerto de Vilna estaba más cerca que el de Minsk.

 Svetlana Tijanovskaya
EFE/EPA/Piotr Nowak/Archivo
Svetlana Tijanovskaya EFE/EPA/Piotr Nowak/Archivo

La propia Tijanovskaya denunció el aterrizaje en Minsk “forzado” por el “régimen” y advirtió de que Protasevich podría ser condenado a muerte. Por ello, pidió una investigación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y sanciones contra Bielorrusia.

También el presidente lituano, Gitanas Nauseda, criticó el “abominable” arresto de Protasevich y exigió su liberación inmediata. Además pidió a la UE y a la OTAN una reacción ante “la amenaza que supone para la aviación civil internacional el régimen de Bielorrusia”.

El ministro británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, advirtió al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que se expone a “graves consecuencias”. “El Reino Unido está alarmado por las informaciones sobre la detención del periodista de Nexta TV Roman Protasevich y las circunstancias que llevaron a su vuelo a aterrizar en Minsk. Esta extravagante acción de Lukashenko tendrá consecuencias”, tuiteó Raab.

Ya en noviembre pasado, el Comité de Seguridad de Bielorrusia (KGB) incluyó a Protasevich y a otro fundador de Nexta, Stepan Putilo, en su lista de personas implicadas en actos terroristas.

Las elecciones presidenciales del 9 de agosto de 2020 en Bielorrusia, que otorgaron un nuevo mandato a Lukashenko, dieron origen a varios meses de protestas. Lukashenko, en el poder desde 1994, obtuvo el 80,1% de los sufragios, frente al 10,1% de la opositora Tijanovskaya, según el escrutinio oficial.

La oposición bielorrusa denunció un fraude masivo y exigió repetir los comicios, opción que Lukashenko descartó por completo.

Varios países, entre ellos Estados Unidos, miembros de la Unión Europea, el Reino Unido y Ucrania, no reconocieron esos comicios. En cambio Rusia, China, varias naciones del espacio postsoviético, Cuba, Venezuela, Nicaragua y Turquía, entre otros, dieron por válidos los resultados de la votación.

(con información de EP)

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