El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reclamó acceso humanitario “inmediato” a la Franja de Gaza para atender a los damnificados por la campaña de bombardeos de Israel contra el enclave, entre ellos cerca de 250.000 niños que necesitan servicios de salud mental y protección.
“UNICEF pide el cese inmediato de las hostilidades, por motivos humanitarios, para permitir la entrada de personal y suministros esenciales, incluyendo combustible, suministros médicos, kits de primeros auxilios y vacunas contra la COVID-19”, dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
“También pedimos que se establezcan corredores humanitarios para que podamos entregar estos suministros de manera segura, para que las familias puedan reunirse y acceder a los servicios esenciales, y para que los enfermos o heridos puedan ser evacuados”, sostuvo.
Fore, que resaltó que entre los cerca de 220 muertos por los bombardeos figuran alrededor de 60 niños, indicó que “un millón de niños en Gaza están padeciendo las crecientes consecuencias del conflicto violento, con ningún lugar seguro al que ir”. “Se han perdido vidas y hay familias destrozadas”, lamentó.
Asimismo, resaltó que “cerca de 30.000” niños se vieron desplazados por los bombardeos, que afectaron además a “infraestructura esencial” en el enclave, entre ellas “al menos cuatro instalaciones sanitarias y 40 escuelas” las cuales sufrieron daños materiales.
“Unas 48 escuelas, la mayoría dirigidas por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), se están utilizando como refugios de emergencia para familias que huyen de la violencia”, destacó.
“Los ya debilitados sistemas de agua y saneamiento se han visto más comprometidos todavía como resultado de esta última escalada de violencia”, alertó, antes de agregar que unas 325.000 personas “necesitan servicios de emergencia de agua y saneamiento, sin los cuales tienen más probabilidades de contraer enfermedades infecciosas potencialmente mortales”.
SOLUCIÓN POLÍTICA “A LARGO PLAZO”
En este sentido, señaló que “la producción de electricidad en Gaza se ha reducido aproximadamente en un 60%, lo que hace que los hospitales dependan cada vez más de generadores para prestar servicios de atención médica esenciales”.
“Estos generadores necesitan cantidades importantes de combustible para funcionar. Cualquier disminución de la capacidad de atención médica también podría poner en peligro el tratamiento de las personas con COVID-19”, puntualizó Fore.
Por último, añadió que “cada día que se alarga el conflicto acarrea sufrimiento para los niños de todo el Estado de Palestina e Israel”. “Niños que necesitan un alto el fuego ya, así como una solución política a largo plazo para el conflicto en general. Se merecen mucho más que este horrible ciclo de violencia y miedo que dura ya demasiado tiempo”, concluyó.
Las autoridades gazatíes confirmaron la muerte de 217 personas, entre ellos 63 menores de edad, por los bombardeos contra el enclave. A esta cifra hay que sumar la muerte de doce personas en Israel, incluidos un niño, una mujer india y dos tailandeses, y la de más de 20 palestinos en Cisjordania en el marco de las últimas movilizaciones para condenar la ofensiva contra Gaza y los incidentes en Jerusalén.
(con información de EP)
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