Angelina Vunge se convirtió en la primera diputada africana en llegar al Parlamento uruguayo

Desembarcó en Uruguay hace 20 años sin papeles, sin conocimiento del idioma, sin empleo ni dinero, escapó de la guerra en Angola, sufrió abusos y fue moza de la ONU

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“Créanme que para mí es muy importante estar acá el día de hoy. Es un día especial para mí”, fueron sus primeras palabras luego de que el presidente de la Cámara de Representantes uruguaya la invitara a hablar.

Estas palabras marcaron un hito histórico en Uruguay. Por primera vez en la historia asumía una diputada africana al Parlamento.

Angelina Vunge llegó a Uruguay hace 20 años. Originaria de Angola, su historia incluye extrema pobreza, maltratos físicos, abusos sexuales, trabajo infantil y explotación.

Su padre, un machista extremadamente violento, le pegaba continuamente a su mamá y a ella. Angelina recuerda que una vez su padre tomó un hacha para pegarle. Tenía tan solo 8 años y en ese momento pensó que iba a morir. Los abusos sexuales iniciaron cuando ella tenía a penas 4 años. El violador, un hombre elegido por su familia para que en el futuro se convirtiera en su marido. Según la tradición se suponía que debía ser virgen hasta el matrimonio, pero el hombre se aseguró de que no fuera así. Sus abusos siguieron por años. A los 9 ya había fijado un objetivo: escaparse de Angola y conseguir una vida mejor.

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No fue hasta los 18 años cuando, trabajando como moza para un grupo de militares de la ONU, conoció a una militar de los cascos azules, quien resultó ser uruguaya. Su “hada madrina”, Cristina Benítez, como ella la llama, le habló del país latinoamericano cuando Vunge le dijo que quería emigrar. Lo primero que preguntó fue si en Uruguay había guerra, a lo que Benítez le respondió que no, que era un país chico con gente tranquila. Tiempo después concluyó su contrato con la ONU, ahorró dinero y 4 años más tarde llegó a tierra uruguaya.

Aquel día se celebraba el balotaje de 1999 y fue allí dónde conoció a un taxista que se transformaría en su marido y padre de sus hijos, además de ser sobrino de Tabaré Vázquez. La adaptación al nuevo conteniente y país le fueron fáciles. Mejoró su español, hizo nuevos amigos, se puso de novia y a los 23 ya estaba embarazada de su primer hijo. Semanas antes de que este naciera se casó, con Nelson el taxista que conoció en su primer día. Tuvo distintos empleos, desde limpieza de casas, cuidar a adultos mayores hasta moza en un restaurant.

Fue en el último empleo que una noche conoció a un señor llamado Alem García. En un primer momento ella pensó que se trataba de Gerardo Sofovich, por su pelo blanco, su cara seria y el traje que llevaba puesto. Pero resultó ser el abogado y político uruguayo perteneciente al Partido Nacional. Él fue quien la impulsó a escribir un libro sobre su historia de vida e incursionar en la política.

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En el año 2013 lanzó su libro Angelina, las huellas que dejó Angola y un año más tarde participó de sus primeras elecciones junto al Partido Nacional.

Angelina recuerda con cariño una vez que pasó junto al Palacio Legislativo con sus hijos y les dijo que algún día iba a trabajar en aquel edificio, no importaba si tenía que ser como portera o personal de limpieza, ella iba a trabajar allí.

Ese sueño se cumplió. No fue hasta años más tarde que el 14 de abril de 2021, a sus 42 años, Angelina Vunge asumió como reemplazo del diputado nacionalista Pablo Viana. Con un discurso de tres minutos y treinta segundos hizo historia como la primer africana en el Parlamento uruguayo. “Sentirme dentro del Parlamento fue muy emocionante, muy fuerte. Gracias, Uruguay”.

En su ingreso como diputada suplente de la agrupación de Juan Sartori, aseguró que dará lo mejor para trabajar por mujeres, niños y adultos mayores.

Angelina vive con sus hijos en un complejo habitacional, de más de 50 familias, en el barrio Belvedere. Tiene varios proyectos personales en mente. Actualmente dirige una fundación que dona alimentos, ropa o electrodomésticos, además es dueña de un Uber con un amigo con el cual dividen las ganancias. Por otro lado, lidera una empresa que importa y exporta suministros de construcción y dice que no vive de la política y que nunca planea hacerlo. Ella siente que su camino debe estar enfocado en la política social, ya que siente que es allí, metido dentro de ese ámbito que se puede ayudar mucho más a las personas que lo necesitan.

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