Un periodista birmano fue condenado a tres años de prisión por su cobertura de las protestas contra el golpe de Estado en el país, en medio del acoso por parte de la junta militar a los medios independientes.
Min Nyo, de 51 años y que trabajaba para el medio DVB (Democratic Voice of Burma), fue arrestado el pasado 3 de marzo en la región de Bago, una de las provincias con mayor número de víctimas por la brutal represión de las fuerzas de seguridad.
El periodista fue sentenciado el miércoles, informó en un comunicado DVB, que denunció que Min Nyo careció de acceso a un abogado durante el proceso penal y que durante su arresto la policía le propinó una violenta paliza que le ha dejado heridas de gravedad.
El periodista fue sentenciado por violar un artículo del Código Penal que castiga con hasta tres años de prisión cualquier intento de “entorpecer, perturbar, dañar la motivación, disciplina, salud y conducta de soldados y funcionarios públicos” y “causar odio, desobediencia o deslealtad hacia los militares y el gobierno”.
Podría tratarse de la primera condena de prisión a un periodista tras el golpe de Estado del 1 de febrero con el que los militares arrebataron el poder al Gobierno democrático de Aung San Suu Kyi.
“DVB reclama a las autoridades la liberación inmediata de Min Nyo y todos los otros periodistas detenidos y condenados en Myanmar”, indicó el medio, que pidió ayuda a la comunidad internacional.
La junta militar, que tomó el poder el 1 de febrero, detuvo desde entonces a más de 40 periodistas y emitió órdenes de arresto contra una veintena. Además, retiró las licencias de decenas de medios, incluido el DVB, y continúa su persecución sobre quienes informa de las manifestaciones en rechazo al mando castrense.
Uno de los periodistas que afronta una orden de arresto es Mratt Kyaw Thu, corresponsal de la Agencia Efe en Rangún, que consiguió salir del país y que ha pedido asilo en Alemania.
La mayoría de los periodistas birmanos viven ahora en la clandestinidad dentro de su país o se han marchado al extranjero mientras continúan informando a diario de la represión de las fuerzas de seguridad en Myanmar.
Tailandia detuvo el domingo a tres periodistas de DVB por entrar ilegalmente en el país tras huir de la represión de la junta militar y se enfrentan a la deportación a Myanmar, donde se teme que podrían ser encarcelados y torturados.
“Las autoridades militares son despiadadas y están decididas a aplastar la disidencia silenciando a quienes buscan exponer sus crímenes”, denunció Emerlynne Gil, director para el Sudeste Asiático de Amnistía Internacional (AI).
Al menos 785 personas murieron en Myanmar por la violencia de las fuerzas de seguridad contra las manifestaciones pacíficas, según cifras de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.
El Ejército birmano justifica el golpe de Estado por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, y que fueron considerados legítimos por los observadores internacionales.
(Con información de EFE)
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