En el crepúsculo permanente de las profundidades del océano, un depredador silencioso caza.
Rara vez los humanos logran captar al enigmático calamar gigante en su hábitat natural. Hasta ahora. En lo que son los primeros videos de este tipo, científicos marinos han podido observar su comportamiento de caza, revelando cómo estos monstruos de las profundidades acechan y atacan a sus presas.
Para los calamares gigantes, las luces brillantes montadas en los vehículos submarinos utilizados para investigar su comportamiento pueden resultar incómodas, dados sus ojos sensibles; el sonido y la vibración también pueden asustar a más animales. Y, por supuesto, traer calamares gigantes a la superficie no registrará su comportamiento en su entorno natural.
Es por eso que un equipo de investigadores liderado por Nathan Robinson de la Fundación Oceanográfica en España ideó una solución diferente: una plataforma pasiva de aguas profundas, equipada con una cámara. Debido a que los ojos de los calamares gigantes están optimizados para ver la luz azul de longitud de onda más corta, utilizaron iluminación roja de longitud de onda más larga que no los molestara y de esa manera no alterar su comportamiento natural.
Finalmente, agregaron cebo: una medusa falsa, llamada E-jelly, equipada con luces que imitan la bioluminiscencia azul intermitente emitida por una medusa atolla cuando siente el peligro. Aunque no se sabe si los calamares gigantes comen medusas, pueden sentirse atraídos por sus luces de angustia. Ello podría implicar también que la medusa está siendo atacada por algo que el calamar sí quiere comer.
Entonces, todo lo que quedaba era esperar. Y dio sus frutos: a profundidades entre 557 y 950 metros (1,827 y 3,117 pies) en el Golfo de México y en Exuma Sound cerca de las Bahamas, la plataforma del equipo registró varios encuentros con calamares grandes.
Los primeros tuvieron lugar en 2004 y 2005 con dos animales grandes que pueden haber sido Promachoteuthis sloani , con una longitud de manto de 1 metro, una especie que solo se conocía anteriormente de los juveniles pequeños.
El equipo continuó actualizando su plataforma y capturó Pholidoteuthis adami, con una longitud de manto de 0,5 metros, en 2013. En 2019, finalmente filmaron Architeuthis dux, el calamar gigante en sí, registrando una longitud de manto de 1,7 metros (eso excluye los tentáculos).
Curiosamente, los encuentros sugieren fuertemente que los calamares son cazadores visuales, ignorando el cebo olfativo que se había colocado cerca en favor de las señales visuales.
El comportamiento de caza del calamar gigante fue quizás el más fascinante. Rastreó la plataforma durante unos seis minutos antes de atacar, lo que sugiere que estaba acechando a su presa antes de moverse para matar.
Esto contradice la suposición de que los calamares gigantes son depredadores de emboscada, como se ha expuesto anteriormente en varios artículos. Más bien, el animal parece ser un cazador activo y comprometido que usa señales visuales (y sus ojos gigantes, allá abajo en la oscuridad) para encontrar comida.
Cada uno de los encuentros, por pocos que fueran, también proporcionó nueva información sobre el rango y la distribución de las especies observadas.
Esto sugiere que las plataformas pasivas pueden ser herramientas extremadamente útiles para observar a estas elusivas criaturas, especialmente si están refinadas y optimizadas para encuentros específicos, dijeron los investigadores.
“Recomendamos que los estudios futuros evalúen el valor de usar sistemas de poca luz o señuelos ópticos de una manera científicamente más sólida”, escribieron los científicos en su artículo .
Los investigadores también sugieren ensayar con señuelos luminiscentes de diferentes intensidades, colores o patrones de luz, para demostrar si varían en su capacidad para atraer calamares de diferentes tamaños en las aguas profundas.
Por el momento, tenemos imágenes nunca antes vistas de estos fascinantes animales, uno de los tantos misterios que todavía quedan por explorar en las profundidades de los océanos.
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