La junta militar birmana está construyendo el mayor buda de mármol del mundo, según la prensa oficialista, mientras que destruyó un monumento dedicado a la democracia en Bago, donde las protestas contra el golpe de Estado fueron brutalmente reprimidas.
En medio de las protestas en las que murieron al menos 783 civiles a manos de los uniformados, el jefe de la junta, el general golpista Min Aung Hlaing, asistió personalmente a algunas de las ceremonias celebradas durante distintas fases de la construcción del buda en la capital, Naipyidó.
La última tuvo lugar a finales de abril, cuando asistió junto con su esposa y otros generales a un ritual presidido por monjes de alto rango del Comité de la Sangha Maha Nayaka, máximo órgano budista en el país, según el medio The Global New Light of Myanmar.
El buda, representado sentado en posición de loto, está previsto que mida 19 metros y pese unas 1.720 toneladas y está siendo construido a partir de cuatro bloques enormes de mármol de Mandalay que están siendo transportados a la capital a través del río Irrawaddy (Ayeryawady).
El proyecto, que comenzó antes del golpe del pasado 1 de febrero y que también incluirá hostales, fuentes y un museo, costará 9 millones de dólares y tiene entre sus objetivos honrar el budismo y “garantizar la paz y tranquilidad del país”, así como atraer visitantes, según el diario oficialista.
El medio no precisa cuándo estará terminado el buda y el resto de las infraestructuras.
Los militares, los cuales ya gobernaron Myanmar entre 1962 y 2011, realizan asiduamente donaciones y participan en rituales budistas para mejorar su karma, una práctica habitual en el país, donde el 90 % de la población profesa esta religión.
Los budas gigantes son usuales en la región, incluido el de 45 metros de alto construido con hormigón recubierto de mármol en la isla tailandesa de Phuket.
Los uniformados birmanos son menos piadosos con los manifestantes, a los que reprimen cotidianamente con armamento militar, y hasta llegaron a derruir el mes pasado en la ciudad de Bago un monumento dedicado a las protestas prodemocráticas de 1988, según el medio Irrawaddy.
Bago, a unos 71 kilómetros al noreste de Rangún, es una de las ciudades más afectadas por la violencia militar contra las manifestaciones, con 82 personas muertas el pasado 9 de abril en uno de los días más sangrientos tras el golpe.
(con información de EFE)
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