Hace unas semanas, la policía israelí detuvo a dos jóvenes palestinos de 17 años por agredir físicamente a un judío ultraortodoxo en un tren de Jerusalén. Los atacantes publicaron el video del ataque en la plataforma TikTok y las imágenes se viralizaron. A casi un mes del incidente, nadie esperaba que una publicación en una red social fuera capaz de desencadenar una nueva escalada de tensiones entre Israel y Palestina como hace años no se veía.
El adolescente que compartió el video en TikTok fue detenido el pasado 20 de abril en el paso fronterizo de Qalandiyah, en el norte de Jerusalén. Unas horas más tarde fue arrestado el segundo sospechoso.
El incidente rápidamente provocó un profundo rechazo e indignación. El ministro del Interior de Israel, Arye Dery, lo calificó como “chocante” y “antisemita”, mientras que su par de la cartera de Transporte, Miri Regev, dijo que se sintió muy impactada por el video.
Por su parte, el presidente del país, Reuven Rivlin, señaló en su cuenta de Twitter que “las perturbadoras imágenes de judíos siendo maltratados así, sin razón alguna, a plena luz del día, no deben ser normalizadas”, al tiempo que instó a las figuras públicas y a los líderes políticos árabes que condenaran la violencia.
El padre de uno de los adolescentes israelíes declaró a la emisora pública israelí Kan que su hijo de 14 años volvió a casa “disgustado, humillado y asustado” tras el incidente.
“Le dije a mi hijo que a partir de ahora no tomará el tren y nos aseguraremos de que alguien lo lleve. Hoy es una bofetada, mañana puede ser algo peor”, expresó.
El ataque generó la respuesta de un grupo judío de extrema derecha conocido como Lehava, que encabezó una marcha en Jerusalén hasta la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja, al grito de “Árabes, fuera”.
Una protesta impulsada por una generación sin vínculos políticos
En una columna de opinión en The New York Times, el periodista Thomas L. Friedman analizó el poder que actualmente tienen las redes sociales y cómo influyeron en el desencadenamiento de esta nueva escalada de violencia entre Israel y Palestina.
En su artículo, el influyente analista estadounidense se refirió al polémico y peligroso uso que le dan a TikTok los adolescentes palestinos. En sus videos se muestran desafiantes con los israelíes y con ánimos de enfrentarlos.
Y, por si fuera poco, cuando las autoridades israelíes intentan comunicarse con sus pares palestinos para poner fin a la violencia, del otro lado del teléfono se encuentran con jóvenes sin experiencia en política, desvinculados de toda organización presente en la Franja de Gaza o en Cisjordania.
La Policía de Israel vio que los que imponen la ley son los jóvenes que bloquearon la autopista, no los dirigentes políticos
Jack Khoury, experto en el conflicto árabe-israelí, expresó en el diario israelí Haaretz que el motor del lado palestino de la protesta “es el movimiento popular”, conformado “mayoritariamente por la generación más joven, que no espera a su liderazgo político, ni a la Autoridad Palestina, ni a los líderes árabes en Israel o en la Franja de Gaza”.
“En los últimos días se ha informado de que Hamás está tratando de avivar la protesta, pero la dirección de Hamás no tiene ningún control sobre los acontecimientos... y por tanto, tal y como lo ve el gobierno israelí, no hay ninguna dirección ni persona a la que dirigirse para mantener un debate político sobre la situación”, explicó en el diario israelí.
Khoury puso como ejemplo un hecho que tuvo lugar el sábado pasado, cuando la policía bloqueó la autopista a Jerusalén, pero pronto se dio cuenta de que “hablar con el presidente del Comité Superior de Vigilancia Árabe, con los jefes de la Lista Conjunta y, desde luego, con Mansour Abbas, de la Lista Árabe Unida, es completamente inútil”.
“La Policía de Israel vio que los que imponen la ley son los jóvenes que bloquearon la autopista, no los dirigentes políticos”, agregó.
Los hechos, coinciden los expertos, demuestran que en un momento tan delicado que atraviesa el conflicto israelí-palestino, las redes sociales y la inexperiencia política no ayudan en absoluto a apaciguar la violencia, sino que la exacerban.
SEGUIR LEYENDO: