Alemania anunció este lunes que liberó el acceso a la vacuna anticovid de la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson (J&J) para todos los adultos, al levantar la restricción para personas de edad avanzada por potenciales efectos secundarios. Por su parte, la comisión de expertos de Noruega recomendó sacar las vacunas de J&J y AstraZeneca del programa oficial de inmunización.
El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, dijo que como la mayoría de las personas de más de 60 años deberán estar vacunadas para junio, las autoridades levantaron la restricción a las vacunas de J&J para los adultos mayores por la rara posibilidad de sufrir una trombosis.
De esta forma, las personas jóvenes podrán optar por esta vacuna después de consultar con su médico. Spahn señaló que unos 10 millones de dosis de vacunas de Johnson & Johnson se entregarían durante los meses de junio y julio, cuando las personas mayores que desean las vacunas ya habrían sido vacunadas.
“Así que estamos levantando la prioridad para Johnson & Johnson, como hemos hecho con AstraZeneca... para que todo el mundo pueda tener la posibilidad de vacunarse después de aclararlo con sus médicos y en base a sus decisiones individuales”, dijo Spahn. La medida permitiría a Alemania “trabajar en esta campaña de vacunación con mayor rapidez, de forma pragmática”.
En un principio, Alemania había recomendado las vacunas de AstraZeneca sólo para las personas mayores, tras la preocupación por varios casos de coagulación de la sangre entre los receptores más jóvenes de la vacuna. Pero desde entonces ha abierto las vacunas a todos los adultos que lo deseen tras consultar con los médicos.
Advertencias en Noruega
La comisión de expertos creada por las autoridades noruegas recomendó este lunes sacar del programa oficial las vacunas contra el COVID-19 de AstraZeneca y Johnson & Johnson, aunque aconsejaron que puedan ser recibidas de forma voluntaria.
“La comisión ha hecho un gran trabajo en poco tiempo. El Gobierno analizará ahora de forma detallada el informe y lo usará como base, junto con las recomendaciones del FHI (Instituto de Salud Pública), para tomar una postura”, dijo en rueda de prensa el ministro de Sanidad, Bent Høie. Dicho Instituto no está de acuerdo con la inoculación voluntaria con esas fórmulas.
La comisión aludió a la buena situación epidémica en Noruega para abogar por la exclusión, aunque señaló que un aumento del contagio, nuevas mutaciones del virus o problemas con el suministro de otras vacunas “podrían llevar a otras conclusiones”, según el informe.
El Ejecutivo noruego decidió hace casi un mes crear una comisión de expertos -que incluye científicos, juristas y economistas- para estudiar el caso al considerar que el dictamen del FHI no era fundamento “suficiente” para tomar una decisión en un caso complejo.
Ante los casos de trombos, el informe de la FHI sostuvo: “No tenemos una clara imagen de qué causa esos efectos graves, ni es seguro que podamos identificar la enfermedad lo suficientemente pronto para poder ofrecer un tratamiento que evite daños o la muerte”.
Casi el 90 % de la población ha recibido además la primera dosis de una vacuna, al igual que buena parte de los jóvenes en grupos de riesgo, resalta este organismo.
El FHI recomienda no obstante guardar la vacuna de J&J por si fuera necesario usarla en una situación en la que el contagio aumente de forma dramática en Noruega o haya problemas de suministro con las que sí forman parte del programa oficial (Moderna y Pfizer).
Noruega es uno de los países menos afectados en Europa por la pandemia, con 116.443 casos y 767 muertos. El 31,7% de la población ha recibido la primera dosis de la vacuna y, el 8,4 %, las dos.
(Con información de AFP y EFE)
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