Celebraciones improvisadas tomaron las calles en distintos lugares de España desde la medianoche del sábado, cuando expiró el estado de alarma de seis meses para combatir los contagios de coronavirus y se levantaron los toques de queda en muchas regiones.
En Madrid, la policía desalojó a la gente que festejaba en la plaza de la Puerta del Sol, donde las escenas de gente bailando sin mascarilla y cantando en grupo recordaban a la vida nocturna anterior a la pandemia. Así desde la medianoche cientos de personas se congregaron en distintos puntos de la capital donde los asistentes, muchos sin mascarilla, gritaban consignas conocidas como ‘Alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual’. También, la mayoría llevaba botellas de alcohol que no trataban de ocultar.
Adolescentes y adultos jóvenes llenaron también las plazas céntricas y playas de Barcelona con la relajación de las restricciones. Gritos, aplausos, música e incluso algún petardo estallaron en el barrio marítimo de la ciudad cuando los relojes marcaron medianoche y cientos de jóvenes salieron de sus casas en dirección a la playa, donde se improvisó una fiesta sin demasiadas precauciones frente al covid.
“Parece fin de año”, decía atónito Oriol Corbella, de 28 años, que había salido a pasear con su pareja por la noche. “Es volver un poco a la normalidad, recuperar libertad, pero hay que tener en cuenta que el virus sigue aquí”, decía algo atónito ante el jolgorio organizado en la playa barcelonesa, que se observó en otros puntos del país.
Juan Cadavid, residente de la capital catalana de 25 años, reconoció que la situación daba algo de miedo debido al COVID-19, pero dijo que quería sentirse rodeado de gente. También celebró la posibilidad de poder volver a su trabajo en un restaurante con una estrella Michelin, que lleva siete meses cerrado debido a las restricciones asociadas a la pandemia.
Los restaurantes locales podrán servir cenas de nuevo a partir del domingo y abrir hasta las 23:00. Pero se mantiene el límite de cuatro personas por mesa y el límite de 30% del aforo en interiores.
Con el final del estado de alarma se levantaron también los vetos a desplazamientos entre regiones de España y se relajaron muchos límites a las reuniones sociales. Sólo cuatro de las 19 regiones y ciudades autónomas del país mantuvieron los toques de queda.
A partir de ahora las restricciones de derechos fundamentales de los ciudadanos quedan en manos de las comunidades autónomas y de lo que dicten los tribunales.
Hay tres medidas que han estado en vigor hasta este domingo que restringen derechos fundamentales y que para continuar aplicándose deben ser avaladas por la justicia: límites en las reuniones sociales, toque de queda y cierres de comunidades, provincias o municipios.
En la capital, Blanca Valls se muere de ganas por irse el próximo fin de semana a Galicia (noroeste) para un cumpleaños. “Estaba hasta los cojones de no poder salir (de la región de Madrid), me he sentido frustrada, atada, sin libertad”, dijo el sábado a la AFP esta diseñadora de joyas de 46 años.
Salvo en Navidad, donde las restricciones se suavizaron durante algunos días para permitir las reuniones familiares, los españoles no han podido abandonar sus regiones desde el inicio del estado de alarma a finales de octubre.
Disuadidas por la explosión de los casos que siguieron a la Navidad, las autoridades mantuvieron los cierres de regiones para la Semana Santa, fiesta familiar fundamental en España. En cambio, el país siguió estando abierto a los turistas extranjeros, algo que generó un fuerte malestar en muchos españoles privados de viajar entre regiones.
Pese a las críticas de algunos presidentes regionales y líderes de la oposición, la coalición de centroizquierda en el gobierno nacional se negó a ampliar el estado de alarma, que daba un marco legal para imponer estrictas medidas contra el virus que restringían libertades fundamentales.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dicho que las normas vigentes deberían bastar para responder a los brotes en el nivel autonómico conforme aumenta el ritmo de las vacunaciones.
La tasa de contagios por cada 100.000 personas durante 14 días cayó el viernes en España a 198 casos nuevos, aunque las regiones de Madrid, en el centro, y País Vasco, en el norte, tiene más del doble de esa cifra. La ocupación hospitalaria sigue siendo alta, con más de una de cada 5 camas de cuidados intensivos ocupadas por pacientes de COVID-19.
(Con información de AP, AFP, Europa Press)
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