El presidente de Israel, Reuven Rivlin, encargó el miércoles por la noche al jefe de la oposición, Yair Lapid, formar gobierno, después que el primer ministro saliente, Benjamin Netanyahu, fracasara en el intento.
“He hablado con Yair Lapid y le he dicho que le otorgo el mandato de formar gobierno”, dijo Rivlin durante un discurso oficial desde la sede de la presidencia en Jerusalén.
El plazo concedido a Netanyahu tras las elecciones del 23 de marzo expiró a medianoche sin que pudiera conseguir una mayoría de 61 diputados de los 120 del Knéset (el parlamento israelí) con miras a una coalición gubernamental.
Tras este fracaso, que no anuncia por el momento la salida del primer ministro más duradero de la historia de Israel, Rivlin tenía tres días para decidir sobre la próxima etapa para salir de dos años de crisis política.
Reuven Rivlin recibió el miércoles por la mañana a Lapid, así como al líder de la formación de derecha radical Yamina, Naftali Bennett. Ambos le pidieron el mandato para formar el próximo gobierno.
En paralelo, el jefe de Estado israelí pidió a los partidos que le presentaran eventuales candidatos al cargo.
“De las recomendaciones recibidas se desprende claramente que Lapid tenía más posibilidades de formar un gobierno”, declaró el presidente israelí.
Lapid, del partido Yesh Atid (Hay Futuro), segunda fuerza con 17 escaños, tendrá ahora 28 días para intentar obtener el apoyo de 61 diputados, de los 120 del Parlamento, necesarios para formar un Ejecutivo que saque a Israel de su largo bloqueo político y evite unas quintas elecciones en solo dos años y medio. De lograrlo, tendría un gobierno de unión nacional expulsando del poder a Netanyahu, juzgado por corrupción y malversación.
Naftali Benet, del ultranacionalista Yamina, actor clave que no llegó a aliarse ni con Netanyahu ni sus opositores, se recomendó a sí mismo. Solo cuenta con siete escaños, pero en las últimas semanas negoció tanto con el primer ministro como con Lapid para ser el jefe de un posible Ejecutivo de rotación.
El islamista Raam, otro partido que con sus cuatro escaños podría inclinar la balanza, decidió no recomendar a nadie.
Con todo, Lapid -hasta ahora líder de la oposición- tendrá la ardua tarea de intentar entablar una coalición entre una amplia amalgama de partidos de ideologías muy diversas que van desde la izquierda hasta la extrema derecha, pero que están unidos en su oposición a Netanyahu.
Por ello, más allá de Yesh Atid (17 escaños), hoy obtuvo el respaldo del centrista Azul y Blanco (8), del ultraderechista Israel Nuestro Hogar (7), del centro-izquierdista Partido Laborista (7), del pacifista Meretz (6), del derechista Nueva Esperanza (6) y de cinco de los seis diputados de la Lista Unida árabe.
Sin embargo, no alcanza aún una mayoría de 61 diputados, por lo que deberá seducir a otros posibles socios con ideologías también alejadas, donde podrían figurar Yamina o el islamista Raam.
Entre otros obstáculos, la creación de una coalición requeriría el apoyo de al menos un partido árabe junto a una o dos formaciones de extrema derecha sionista, algo sin precedentes en Israel.
(Con información de AFP y EFE)