La banda armada que mantiene contra su voluntad a 17 estudiantes, secuestrados en abril tras un asalto contra una universidad en el estado nigeriano de Kaduna, amenazaron con ejecutarlos este mismo martes en caso de que las autoridades del país africano no dan respuesta a sus exigencias.
Un total de 22 estudiantes fueron secuestrados en el marco de un ataque ejecutado el 20 de abril contra la Universidad Greenfield, cinco de los cuales fueron asesinados durante los últimos días. Sus cuerpos fueron recuperados por las autoridades.
El líder de la banda, identificado como Sani Jalingo, amenazó con ejecutar al resto de los estudiantes si el Gobierno no paga un rescate de cien millones de nairas, cerca de unos 264.400 dólares y entrega diez motocicletas al grupo, en el marco de una entrevista concedida a la emisora estadounidense Voice of America.
Así, reclamaron al gobernador de Kaduna, Nasir el Rufai, que se tome en serio la amenaza y recalcó que el grupo está dispuesto a llevarla a cabo. El Rufai reiteró en varias ocasiones que mantendrá su política de no pagar rescate a bandas criminales o grupos armados.
Baleri resaltó además que la demanda supone una cifra inferior a los 600 millones de nairas, alrededor de 1,5 millones de dólares, reclamados en un primer momento y develó que las familias de los estudiantes entregaron unas 45 millones de nairas , 120.184 dólares, que fueron destinadas a comprar comida para los rehenes.
Asimismo, dos de los estudiantes secuestrados hablaron durante la citada entrevista para pedir al Gobierno y a sus padres que se tomen la amenaza en serio. “Lo dicen en serio, porque ya han matado a varios”, afirmó Idris, uno de los rehenes.
Este tipo de incidentes están aumentando en los últimos meses y llevaron a las autoridades de varios estados del país a cerrar las escuelas para intentar garantizar la seguridad de alumnos y profesores mientras evalúan la situación sobre el terreno.
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, anunció a principios de abril el cese del inspector general de la Policía, Mohammed Adamu, ante el repunte de la violencia, que se extendió desde el noreste, donde operan varios grupos yihadistas, a otros puntos del país.
(con información de EFE)
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