Los últimos siete días se transformaron en dramáticos para la propagación del COVID-19, y The New York Tiems alerta sobre la emergencia con un mapa elocuente: en color marrón, casi negro, los países con más infecciones por cada 100.00 habitantes de la semana.
El diario advierte que la media diaria de nuevos casos en el mundo se ha mantenido por encima de los 800.000 durante las siete jornadas pasadas, y mientras el mundo mira a India, Sudamérica tiene la tasa de contagios más alta.
El país con peores cifras es Uruguay, que actualmente registra el mayor número de casos per cápita del mundo, está añadiendo casi 3.000 casos al día, una cifra asombrosa en un país de solo 3,5 millones de habitantes. El mapa muestra que en la última semana Uruguay registró una media de 84 infecciones por cada 100.000 habitantes.
Lo sigue Argentina, con un promedio diario de 22.763 nuevos casos, una media semanal de 51 infecciones por cada 100.000 habitantes.
Además de la crisis en Uruguay y Argentina, Paraguay, Brasil, Perú y Colombia se encuentran entre los 20 primeros países del mundo en cuanto a muertes por COVID per cápita.
Varios factores se han combinado para alimentar el brote en Sudamérica. En Brasil, el país más grande del continente, la actitud despectiva del presidente Jair Bolsonaro hacia la amenaza que representa el virus ha llevado a una crisis de un mes, que se ha extendido a las naciones vecinas. Y las primeras investigaciones han indicado que la variante P.1, identificada por primera vez en la ciudad brasileña de Manaos a finales del año pasado, podría ser más transmisible y más mortal que las formas anteriores del virus.
La segunda ciudad más grande de Colombia, Medellín, también se encuentra entre los lugares donde se están produciendo brotes graves. El año pasado, las autoridades lograron controlar en gran medida el virus. Pero una segunda y tercera oleada, en enero y abril, han devastado la ciudad. Aunque las autoridades añadieron mil nuevas unidades de cuidados intensivos en la región en 2020, esa preparación no ha sido suficiente.
El artículo de portada también alerta sobre la situación en otros países del mundo que, aunque tienen tasa de contagio por cada 100.000 habitantes más bajas que Uruguay y Argentina, también tienen índices alarmantes: Suecia y Turquía, con 49 infecciones por cada 100.000 habitantes cada uno.
India, hoy el país con mayor atención mediática por las trágicas imágenes del colapso sanitario, también figura en el mapa, con una tasa de 26 infecciones por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días. Si bien no aparece en el mapa como uno de los casos más preocupantes, el NYT sí explica que la India también está impulsando este nuevo pico mundial. Detalla que allí, la media móvil de siete días de nuevos casos diarios en el país superó los 357.000 el jueves pasado, lo que supone un aumento de más de cinco veces desde el 1 de abril. Y revela que el país representa ahora más del 40% de los nuevos casos del mundo. Lo más preocupante, advierte el artículo, es que estas sombrías cifras pueden estar infravaloradas.
La segunda ola del virus allí ha sido devastadora. En los hospitales de Nueva Delhi, la capital, la escasez de oxígeno médico ha alcanzado niveles de crisis, y los campos de cremación trabajan sin descanso mientras los familiares y amigos siguen trayendo más cadáveres para quemar. Después de promulgar uno de los cierres más estrictos del mundo el pasado mes de marzo, que mantuvo las muertes relativamente bajas, las autoridades indias relajaron las restricciones. Algunos políticos incluso celebraron multitudinarios mítines en las últimas semanas a medida que la tasa de infección del país aumentaba. El aumento ha dejado a los hospitales desbordados.
“La gente está enfadada porque no recibe respiradores ni oxígeno”, dijo el doctor Rakesh Kumar, médico del estado de Uttar Pradesh, en el norte de la India. “Dicen: ‘Estamos pagando por las instalaciones; entonces, ¿por qué se mueren nuestros pacientes?”. Los profesionales de la medicina en India se enfrentan a una situación aplastante. “Ningún hospital ha cerrado y ningún médico se ha retirado del frente”, escribió un médico en un post de Facebook. “Estamos luchando contra los misiles con palos, pero no abandonamos el fuerte”.
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